6 de noviembre de 2011

Adolescence Rin x Len, Parte 10

Trató de concentrarse en el problema de matemáticas que tenía en frente, pero cada vez que escribía un número cabeceaba. No había dormido lo suficiente en clase, apenas había tenido tiempo de cerrar un poco los ojos, todos los profesores lo habían despertado antes de que realmente descansara. Suspiró dejando caer la birome sobre el cuaderno. No iba a llegar a ningún lado con ese sueño encima. Se quitó los anteojos y miró la hora en el reloj, Rin llegaría en una hora de atletismo. Podía dormir una siesta e intentar luego con la tarea. Se recostó en la cama pensando en lo que había sucedido ¿Era tan obvio lo que sentía que ya Gakupo y Kaito lo sabían? De Gakupo no le extrañaba, él siempre percibía esas cosas pero Kaito era otra cosa… A menos que sólo lo hiciera para molestarlo… El mayor problema no era ese si no que se lo había dicho a Rin ¿Ella pensaba que él lo molestaba o creía en sus palabras? Tendría que preguntárselo ¿Qué haría si ella creía en lo que había dicho Kaito? ¿Cómo hacer que pensara que era mentira?

Haciendo preguntas tras preguntas Len se quedó dormido.

Algo le hacía cosquillas en el pie, lo movió molesto pero trató de seguir durmiendo. Un ruido lo molestaba, algo sofocado. Giró en la cama molesto, algo seguía tocando su pie, con el otro trató de correrlo. Protestó en sueños, quería seguir durmiendo, otra vez el sonido intensificado… Se escuchaba como Rin riendo, Rin tratando de ahogar la risa. Se sentó en la cama ¿Qué estaba haciendo su hermana?

-Buenas tardes –dijo ella tratando de contenerse y no estallar a carcajadas.

-¿Qué… -no llegó a formular la pregunta ya que se dio cuenta por sí mismo, su hermana le había pintado las uñas del pie con su esmalte amarillo. La miró de forma severa- Ahora sí que te pasaste…

Rin corrió fuera de su alcance, Len la persiguió por la habitación hasta que logró atraparla tropezándose ambos. Ella reía en el suelo, su hermano la había inmovilizado y la miró indignado.

-¡Las manos también! –su tono era más juguetón que molesto.

-No pude evitarlo –rió-, era una necesidad de vida o muerte –intentó incorporarse pero él no se lo permitía-. Déjame ir –suplicó.

-Primero di que lo sientes –le sonrió de forma traviesa y ella negó con la cabeza, orgullosa-, hazlo o nos quedaremos así toda la tarde y toda la noche…

-Te vas a quedar dormido antes –rió y trató mover su brazo pero Len era más fuerte que ella.

-Pídeme disculpas –sonrió, ella lo desafió con la mirada intentando soltarse, él levantó una ceja divertido.

-¡Perdón! –dijo molesta- Ahora suéltame…

-Di que soy el mejor del mundo –le sacó la lengua.

-No es justo –hizo un esfuerzo bajo el peso de su hermano- ¡Eres el mejor del mundo!

-Vas a hacer todo lo que yo diga –ella frunció el ceño enojada.

-¡No abuses, Len! –miró al costado- Si no me sueltas ahora no te perdonaré más

-Eres aburrida –suspiró y soltó sus brazos pero no se alejó de ella. Rin lo golpeó en el hombro-. Auch… Me olvidé de obligarte decir que no me golpearías.

Rin extendió un brazo y acarició el rostro de su hermano. Recorrió el contorno de sus labios y se detuvo dejando caer su mano, suspiró. Len la miró a los ojos un poco triste, se sentó a su lado en el suelo. Ella también se incorporó algo angustiada.

-Escucha, Rin –dijo como quien no quiere la cosa-, hoy… Lo que dijo Kaito…

-Es un idiota –lo interrumpió algo tensa-. Ya sé que lo que dijo es puro invento suyo ¡No puedo creer que intentara pedirme salir con él de nuevo!

-Lo siento –suspiró aliviado-. No debí pelear frente a ti… -ella lo codeó.

-¡No debías pelear! Frente a mí o no, no debías hacerlo –lo miró a los ojos severamente- ¡Prométeme que no volverás, ni intentarás, pelear con Kaito otra vez!

-Rin… -trató de mirar hacia otro lado pero ella colocó una mano en el costado de su rostro obligándolo a verla a los ojos. Parecía preocupada.

-Promételo –suplicó-, por mí…

-Está bien –suspiró-, pero sí él me provoca…

-Nada, te das media vuelta y te marchas –realmente estaba preocupada-. Hazle caso a Gakupo, piensa con la cabeza –el rió amargamente-. No quiero que te suceda nada –lo abrazó y él la besó en la coronilla.

-Si estás conmigo no me puede pasar nada –susurró.

-¿Por qué no existe un mundo donde estemos sólo nosotros dos, Len? –dijo afligida- Sería perfecto, no existiría “lo correcto”, ni los horarios y estaríamos sólo nosotros dos… -Len rió un poco angustiado también, recordando lo que Gakupo le había dicho en la hora del almuerzo.

-No tendrías a tus amigas…

-No me importa, si estoy contigo…

-No digas cosas como esas, Rin –suspiró-. Necesitas a los demás tanto como a mí.

Ella no respondió pero se aferró más a él. Len acarició su cabello por un rato largo, su hermana era tan inocente y caprichosa, era tan frágil y tierna.

-¿No tienes deberes que hacer? –inquirió, si seguían así él se volvería loco, si no lo estaba ya.

-En un mundo sólo nuestro no habría deberes –suspiró y se separó de él, sentándose sobre la cama-. Harás mi tarea de matemática ¿cierto? –pidió con voz acaramelada.

-No está bien que yo la haga, Rin… Así no aprenderás nunca…

-¡Tú me lo explicarás antes del examen! ¿No es así? –en su mirada había algo irresistible, Len suspiró.

-Esta es la última vez que…

-¡Sí! -Se lanzó a su cuello- ¡Eres el mejor de todos! ¡El mejor mejor! –él bufó. Rin se levantó- Voy a bañarme –sonrió saliendo de la habitación. Len se incorporó, ahora tenía el doble de ejercicios para hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Neko