¿Alguna vez sentiste que te defraudabas a vos mismo?
Es la primera vez que me pasa. Me di cuenta de que no era tan fuerte como creía... Que sí le tenía miedo a algo: a estar sola.
Que las personas a las que llamaba "amigos" se fueron esfumando por la distancia, por la falta de palabras, por mi orgullo.
Mi mayor defecto es ese, mi orgullo, mi maldito orgullo. Que no me deja dar el brazo a torcer, que no me permite dejar mis lágrimas correr, que no me deja decir "fue mi error", que me llena de rencor y me destruye por dentro.
Prefiero sonreír y seguir respondiendo "bien" cada vez que alguien me pregunta cómo estoy. Prefiero seguir mintiendo cuando odio las mentiras... Pero es que descubrí que a nadie le importa cómo me siento.
Yo creí que era fuerte, que podía seguir adelante no importa qué, podía caerme pero siempre iba a seguir mi camino superando cada obstáculo. Pero me quebré, algo falló en mi sistema y ahora no me puedo poner de pie otra vez.
¿Será que antes podía soportar todo sobre mis hombros porque tenía de quiénes sostenerme?
Es triste darse cuenta que dependía de alguien para mantenerme de pie. Haber perdido a esa persona me dejó inválida, supongo.
Quiero sonreir, quiero volver a esa persona fuerte que podía superar todo, que podía decir "todo va a mejorar" con una sonrisa firme.
Quiero volver a ser yo.
