31 de octubre de 2011

Adolescence Rin x Len, Parte 9

Era la hora del almuerzo, Len salió del aula detrás de Miku y fue a buscar a su hermana. No estaba en su aula. Bajó hasta el patio la divisó a lo lejos y se acercó saludándola con la mano pero ella no lo vio. Rin estaba sentada apoyada contra un árbol hablando con un chico alto. Len se detuvo en seco al reconocer a Hiyama Kiyoteru. Bufó, no iba a interrumpirlos, se estaban riendo de algo. Él no podía creer que estuviera pasando eso ¿si ahora Rin comenzaba a salir con su supuesto amigo? Caminó en dirección opuesta dispuesto a almorzar solo cuando una piedra cayó sobre sus pies. Levantó la mirada buscando al que la había lanzado furioso. Sentado bajo un árbol Gakupo le sonrió.

-¿Vienes?

Len se sentó a su lado, se sentía realmente bajo comparado con su amigo. Lo miró a los misteriosos ojos violetas con una ceja levantada.

-¿No vas a almorzar con Luka-sempai ahora? –en su tono había algo de molestia.

-¿Vas a enojarte porque no te dije nada? Lo suponías, Len…

-No –mordió su sándwich con furia-, no estoy molesto por eso…

-No almuerzo con ella porque dijo que quería estar con sus amigas hoy para contarles la noticia –le ofreció su lata de refresco- ¿Qué te sucede a ti?

-Nada importante…

-Como quieras… -tragó- ¿Pasó algo entre tu hermana y Kaito-kun? Esta mañana él parecía un zoombie.

-Terminaron –dijo enojado viendo como hablaban a lo lejos Rin y Kiyoteru.

-Wow –se sorprendió- ¿Eso te enoja? Creí que te pondrías un poco más alegre… ¿Él no te caía mal?

-Sí, lo sé… Pero ¿es que apenas Rin está libre de nuevo ya hay alguien detrás de ella? ¿Es que no pueden controlarse? –Gakupo rió.

-Ya entiendo de qué va la cosa –Len lo codeó-. ¿Qué esperabas, Len? Tu hermana es muy linda…

Él lo miró bruscamente y Gakupo rió de nuevo.

-Te lo digo como alguien comprometido –Len suspiró-. Vamos, Len, no puedes evitar que los chicos se le acerquen…

-¿Quieres verme intentándolo? –quiso pararse pero su amigo lo retuvo riendo.

-Me refería a que no debías –él lo miró molesto-. Rin ya se está convirtiendo en una mujer, no puedes comportarte como su hermano celoso y sobreprotector toda la vida…

-Si eso logró que Kaito se alejara de ella lo seguiré haciendo –se metió el último pedazo de su sándwich en la boca.

-¿Así que tuviste algo que ver? –rió- Lo que te trato de decir, Len, es que debes dejarla a Rin vivir su vida, experimentar un poco. Ustedes dos viven en una especie de burbuja y ella no salía de ti. No puedo decir lo mismo de ti, Len, tu tuviste una época en la que…

-No lo menciones –Rin caminaba hacia ellos ahora-, tuve un problema reciente por culpa de ello…

-Pero sabes a lo que me refiero… Tú experimentaste el mundo por tu cuenta y Rin no se metió en tu camino. Déjala a ella hacer lo mismo –Len levantó una ceja incrédulo.

-¿Qué la deje hacer lo que yo hice? –rió con sarcasmo- ¿Es una broma?

-No exactamente –suspiró-, me refería que la dejes salir de la burbuja en la que están ustedes dos… -Rin los saludó con la mano y se sentó con ellos, recostándose en las piernas de Len-. Hola, Rin ¿Entendiste lo que traté de decirte?

-Hola –sonrió ella sacando su comida.

-Algo así –suspiró- ¿Qué quería Kiyoteru? –Gakupo lo miró incrédulo y bufó.

-Nada –rió-, sólo estábamos hablando y me contó por qué ayer no fueron a tenis por la tarde ¿se pelearon? Cuando te nombré se puso un poco nervioso…

-Olvídate de eso, sólo me enojé con él por una cosa…

-¿Qué cosa, Len? –preguntó de forma inocente.

-Eso, Len ¿Por qué cosa? –se burló Gakupo adivinando la razón.

-Nada importante –le dirigió a su amigo una mirada significativa.

-Nunca me cuentas nada –se quejó su hermana. Gakupo esbozó una media sonrisa-. Hablé con Teto –suspiró-. Ahora está más insoportable que antes ¡Alabada sea Miku!

-¿Qué hizo ella? –dijo suponiendo la respuesta.

-Se la llevó y la trató de consolar –le clavó el codo en una pierna.

-¿Y eso por qué? –se frotó donde lo había golpeado.

-Eres un monstruo…

-Ella es muy exagerada, no es mi culpa que…

-Ahora entiendo a qué te referías –rió Gakupo.

-La cuestión es que vas a tener que hacerle una escultura de oro sólido a Miku, fue la única que logró callarla ¡No te imaginas como estaba! Agradezco que haya llegado hoy de Tokyo si no ya me habría vuelto loca.

-Hablando de todo un poco –intervino Gakupo-, Len, me enteré que Akita Neru está interesada en ti… ¿Qué opinas? –Len casi escupe el refresco que estaba bebiendo. A Rin se le iluminó el rostro y se enderezó.

-¿Es Akita Neru? –preguntó con los ojos brillantes- ¿Es ella la Chica Misteriosa?

-No, no y no –tartamudeó, Gakupo rió y se levantó-, no sé cómo te enteras de esas cosas pero…

-Tranquilo le haré entender que debe ir olvidándose de tu atención –lo miró a los ojos- ¿Una “Chica Misteriosa”? –inquirió y Len se sonrojó- Hay cosas que no hablamos todavía –sonrió-. Voy a ver si puedo pasar unos minutos con Luka…

-¡Ah! ¡Felicitaciones por eso, Gakupo! –le sonrió. Len en cambio se sonrojó aún más bajo la mirada de su amigo. Odiaba que tuviera la capacidad de entender cosas como las que a él le pasaban con sólo hablar unos minutos. Se despidió con la mano y Gakupo se retiró.

El último timbre al fin, suspiró. Miku lo golpeó en la cabeza.

-Despiértate, bella durmiente –Len se frotó dónde había recibido el golpe, ella era más fuerte que su hermana.

-¿Quieres que te contrate como despertador? Serías bastante efectiva –tomó su mochila.

-Tengo muchas cosas que hacer para andar cuidando de ti –con una mano corrió su pelo hacia atrás haciéndose la interesante-. No me hagas tener que volver a consolar a otra de tus víctimas, Len. Creí que ya habías superado eso –él suspiró- creí que te había corregido.

-Ayer no estaba muy consciente de lo que hacía…

-Rin me contó que te comportaste como un idiota –suspiró-. Madura un poco, Len…

-¡Hey! –protestó un poco molesto- La que debería madurar…

-De todas formas te felicito –rió-, lograste vencer a Kaito –lo despeinó y salió del aula.

Len se tomó su tiempo antes de seguirla, bostezo, estaba muy cansado. Miró por la ventana cómo se iba la gente. Divisó a Gakupo yendo de la mano de Luka-sempai y sonrió. Más lejos estaba Rin, era fácil reconocer su cabello rubio, pero frunció el ceño y comenzó a correr fuera del edificio cuando se dio cuenta que estaba con el estúpido de Kaito. No se detuvo luego de bajar los dos pisos y se acercó a ellos de forma algo agresiva. Rin estaba de espaldas a él.

-No puedo perdonarte luego de lo que dijiste de mi hermano –él sonrió.

-Pero si es cierto –lo miró por sobre el hombro de ella- ¿No es verdad, Len-kun? –su hermana se dio vuelta sorprendida. Kaito tomó la mano de Rin- ¿No quieres perdonarme?

Len tiró de su hermana hacia sí y ella lo abrazó algo asustada.

-No la toques –dijo secamente él-, a menos que…

-¿A menos que qué, Len-kun? –se burló con la mirada- Vamos ¿No te avergüenzas de estar enamorado de tu propia hermana? –él apretó los puños y se inclinó hacia él furioso pero Rin colocó una mano en su hombro para retenerlo.

-Kaito, vete ¿quieres? –suplicó con la mirada- No voy a volver contigo, no insistas…

-¿Lo dices porque está tu admirador secreto aquí? –sonrió con malicia. Len apretó los dientes y trató de apartar a su hermana del medio, pero ella se aferraba a él.

-Apártate, Rin… -dijo sin mirarla, intentó dar un paso hacia él.

-Len, por favor… -suplicaba a punto del llanto- No hagas algo estúpido…

-¿Es que tú también estás enamorada de él? –rió- Vamos, Len-kun, quizás debas escucharla, no quiere que termines herido…

Él empujó a su hermana hacia un costado y ella comenzó a llorar.

-¡No lo hagas, Len! –su hermano no la escuchaba, preparó el puño, listo para pelear. Alguien lo frenó, poniendo una mano en su hombro. Len levantó la vista molesto.

-¿Sucede algo, Kaito? –Gakupo lo miró de forma amedrentadora desde su altura. Él se encogió de hombros echó una última mirada a los gemelos y se marchó- ¿Qué demonios pensabas hacer,

Len? –de forma brusca él se quitó la mano de su amigo- Sabes que es mayor y más alto que tú…

-Sólo déjame en paz –dijo preso de la furia. Rin se acercó a él y lo abofeteó con toda su fuerza.

-¡¿Eres idiota o qué?! –su hermano la miró molesto pero no respondió- ¡¿Qué sucedía si te pasaba algo?! ¡Podía haberte hecho daño de verdad! ¡Y todo por mi culpa! –con una mano se trataba de secar las lágrimas y con la otra se abrazaba a sí misma.

-Trata usar un poco la cabeza, Len –suspiró Gakupo y se alejó guiñándole un ojo.

-Rin, yo… -se acercó pero ella lo empujó.

-¡Eres un idiota! –sollozó- Creí que te iba a pasar algo…

-Lo siento… -suspiró- No podía dejar que él…

-¡No debías escucharlo! –comenzó a caminar dándole la espalda enojada. Len la siguió pensando cómo arreglar lo que acababa de hacer, ella no quería hablar ni siquiera lo miraba. Suspiró.

-Oye, Rin –en su voz se notaba que trataba de disculparse- ¿Qué te parece si tomamos un helado en el parque como antes? –ella se detuvo pero no respondió él suspiró y siguió caminando. Su hermana lo detuvo tomando su mano.

-Sólo si pagas tú –sonrió secándose las lágrimas.
Feliz Halloween ^^

28 de octubre de 2011

iNSaNiTY

Tuve que cambiar la plantilla del blog por problemas técnicos ¬¬u pero bueno...
Una canción que me encantó *_* para alegrarme el día, me gusta mucho la letra ♥

Hajime to owari no iranai imi
Kono kokoro no jouhatsu eto
Dare ga hinsei wo oboeteru ka?
Kyouki no mado kara sayounara

Konnichiwa watashi
Awanakatta darou?
Sayounara anata
Saa hanashi shiyou ka?

iNSaNiTY
Fusou shisou desu
PSYCHoPaTHY
Nonki na jinsei
iNSaNiTY
Owarenai madoi
CaPTiViTY
Nigerarenai
iNSaNiTY
Fusou shisou desu
PSYCHoPaTHY
Nonki na jinsei
iNSaNiTY
Owarenai madoi
CaPTiViTY
Odaku ga tsudzuke sou

Mitsuketa saigo kiesatte yuku
Kuro ni nijinde autorain
Makkurayami ni hikari nado nai
Kyouki no oku kara sayounara

Konnichiwa watashi
Awanakatta darou?
Sayounara anata
Saa hanashi shiyou ka?

iNSaNiTY
Fusou shisou desu
PSYCHoPaTHY
Nonki na jinsei
Insanity
Owarenai madoi
CaPTiViTY
Nigerarenai
iNSaNiTY
Fusou shisou desu
PSYCHoPaTHY
Nonki na jinsei
iNSaNiTY
Owarenai madoi
CaPTiViTY
Odaku ga tsudzuke sou

Ne doko de atta koto ga nai ka?
Ne itoshii kimi to hanashitai
Ne jikan wa? Kyou wa? Wakaranai
Ne! Wasurete shimaeba yokatta

iNSaNiTY
Fusou shisou da
PSYCHoPaTHY
Nonki na jinsei
iNSaNiTY
Yami ka? Hikari ka?
iNSaNiTY
iNSaNiTY

sAnIty
Mou mienai kuro
pUrIty
Motto nagai hibi
sAnIty
Sore mo shizumanakya
"sAnIty"
...tte nani desu ka?

iNSaNiTY
Fusou shisou desu
PSYCHoPaTHY
Nonki na jinsei
iNSaNiTY
Owarenai madoi
CaPTiViTY
Nigerarenai
iNSaNiTY
Fusou shisou desu
PSYCHoPaTHY
Nonki na jinsei
iNSaNiTY
Owarenai madoi
CaPTiViTY
Odaku ga tsudzukeru

Español:
Innesesarios son los significados del inicio y del fin
con la desaparición de este corazón
¿Recuerdas a los personajes?

Desde la ventana de la locura:
Adiós
Hola, digo yo
¿Acaso no nos hemos visto antes?
Adiós, dices tú
Entonces, ¿quieres hablar?

LOcURa
como flotando en el aire
PSIcoPAtíA
una vida sin preocupaciones
LOcURa
Una ilusión que no puede terminar
CaUTiVeRiO
No se puede huir
LOcURa
como flotando en el aire
PSIcoPAtíA
una vida sin preocupaciones
LOcURa
Una ilusión que no puede terminar
CaUTiVeRiO
La corrupción continúa

La conclusión abierta desaparece
esbozos desvaneciendo en el negro
En la oscuridad, no hay cosa tal como la luz
Desde el interior de la locura:
Adiós
Hola, digo yo
¿Acaso no nos hemos visto antes?
Adiós, dices tú
Entonces, ¿quieres hablar?

LOcURa
como flotando en el aire
PSIcoPAtíA
una vida sin preocupaciones
LOcURa
Una ilusión que no puede terminar
CaUTiVeRiO
No se puede huir
LOcURa
como flotando en el aire
PSIcoPAtíA
una vida sin preocupaciones
LOcURa
Una ilusión que no puede terminar
CaUTiVeRiO
La corrupción continúa

Hey, ¿no nos encontramos en algún lgar en el pasado?
Hey, Tu eres especial para mí quiero hablarte
Hey, ¿Qué hora es? ¿Qué día es hoy? ¡No lo sé!
Hey, sería bueno si olvido todo por completo

LOcURa
es como flotar en el aire
PSIcoPAtíA
una vida sin preocupaciones
LOcURa
¿Oscuridad? ¿Luz?
LOcURa
LOcURa

cORdURa
No se puee ver en la oscuridad ahora
pUReZa
Los días son más largos
cORdURa
Sino que la música también se fue al vacío
"cORdURa"
... ¿Qué es eso?

LOcURa
como flotando en el aire
PSIcoPAtíA
una vida sin preocupaciones
LOcURa
Una ilusión que no puede terminar
CaUTiVeRiO
No se puede huir
LOcURa
como flotando en el aire
PSIcoPAtíA
una vida sin preocupaciones
LOcURa
Una ilusión que no puede terminar
CaUTiVeRiO
La corrupción continúa



singer: SF-A2 miki & Kaito

Musica: Doofus-P (Circus-P)

Letra: Doofus-P (Circus-P)

25 de octubre de 2011

Tilcara


Bueno las anécdotas del viaje son muchas, solo sé que la pasé increíblemente genial y que fue inlvidable.

(claramente se nota cómo nos moríamos de frío xD)

Nos secamos como momias y sentimos tanto frío como calor xD Aprendimos muchísimas cosas y más que nada a ver todo desde un punto de vista diferente.

Estuve lejos de la computadora y de todos mis vicios (??) pero no extrañé nada realmente.

La noche que pasamos en el refugio Voy a ser sincera fue la peor de toda mi vida, porque se basaba en dormir soñando que tenías frío durante 15 minutos y tiritar (literalmente temblar de forma grosera) durante una hora y lograr dormir otros 15 minutos. Pero es una experiencia al fin y al cabo. El resto del viaje fue risas y diversión (??), tuvimos un taller de títeres, subimos montañas que nos sacaron el aliento ¡Cocinamos nuestra propia comida a la laja! y la pasamos lo mejor que pudimos, se nos hizo muy corto pero no se podía pedir más ♥

22 de octubre de 2011

Adolescence Rin x Len, Parte 8

Con la primera vibración del despertador de su celular Len extendió la mano para apagarlo, estaba en el extremo de su escritorio. Apenas había dormido esa noche, pero no se sentía cansado. Acarició el cabello de Rin suavemente.

-Arriba, princesa –susurró en su oído y ella abrió lentamente los ojos. Se sorprendió un poco al verlo hasta que recordó dónde estaba-. Hay que levantarse –besó su frente y esperó. Rin lo abrazó del cuello.

-No quiero ir al instituto –susurró y Len rió.

-Yo tampoco pero hay que –suspiró y se sentó en la cama obligándola a hacerlo también. Ella hizo un puchero y se refregó los ojos.

-No me obligues a ir –él negó con reprobación.

-Todos los lunes es igual ¿no? –se levantó y Rin se dejó caer de nuevo sobre la almohada. Len tomó su uniforme y salió de la habitación.

Esta vez se cambió en la habitación de su hermana y buscó el uniforme de ella. Lo tenía doblado en el armario. Buscó un par de medias y su moño. Salió del cuarto al mismo tiempo que su madre salía del baño y lo miró con una ceja levantada.

-¿Qué demonios? –preguntó pero al instante siguiente hizo un gesto con la mano restándole importancia y volvió a su habitación envuelta en una toalla.

Rin seguía durmiendo en la cama. Len tiró el uniforme sobre sus piernas y se inclinó para despertarla pero ella se colgó de su cuello cuando estuvo cerca.

-¿Te asusté? –dijo sonriendo a dos centímetros del rostro de su hermano.

-No –esbozó una media sonrisa sentándose en la cama poniéndose las medias. Rin comenzó a quitarse el camisón pero él la detuvo- ¿Qué estás haciendo? –dijo algo molesto, ella frunció el ceño.

-Mostrándote que te comportas de forma ridícula –Len bufó y salió de la habitación en dirección al baño un poco ofendido.

Rin se vistió enfadada y comenzó a peinarse con el cepillo de su hermano cuando él entró.

-Sigues siendo ridículo –lo miró por el espejo del armario. Él se acercó para tomar su corbata amarilla, luego extendió la mano para que ella le diera el cepillo- ¡Déjame peinarte! –suplicó y él puso los ojos en blanco dándose vuelta para dejarla hacerlo mientras él se anudaba la corbata. Rin lo peinó y acarició su cabello- Lo tienes más sedoso que yo –protestó atándoselo.

-Estás mintiendo –dijo dándose vuelta y acariciando el suyo-. Eso sería imposible… -Rin bufó.

-La Chica Misteriosa seguro lo tiene mucho más lacio que yo ¿cierto? –dijo con un deje de amargura.

-Nadie tiene el cabello más lindo que tú –dijo poniéndole su moño y ella sonrió mirándolo a los ojos-. Huele a mañana de verano…

-¿A qué? –rió ella y él se encogió de hombros ruborizado.

-Vamos, ve a terminar de prepararte mientras preparo el desayuno…

-¡Bien! –sonrió saliendo.

Len salió tras ella y su madre volvió a mirarlo extrañada mientras abrochaba los botones de su saco, él se encogió de hombros sonriendo y bajó las escaleras.

-¡Vamos, Len! –tiró de su remera- ¡Llévame a caballito! –Len se detuvo y la miró incrédulo.

-¿Qué te sucede hoy, Rin? –rió al ver su puchero.

-¡Antes siempre me llevabas a caballito! –protestó.

-¿Tienes un retroceso a la infancia o algo así? –ella lo codeó.

-Sólo quiero hacer cosas como cuando éramos chicos… Para no olvidarme que seguimos siendo los mismos… Que seguimos siendo hermanos… -su voz sonaba un poco apagada.

-¿Y eso por qué? –acarició su cabello- ¿No te alcanza con saberlo? –ella lo miró a los ojos angustiada.

-Es que con todo el tema de Kaito estuvimos discutiendo mucho… No quiero olvidarme de lo que se sienten esas pequeñas cosas, como dormir juntos o tomar un helado en el parque como hacíamos siempre… -Len la miró sonriente, se acordaba de eso, se acordaba de todo.

-La gente crece, Rin, y cambian algunas cosas pero eso no quiere decir que no seamos hermanos…

-Pero quiero reforzar eso ¡No quiero que dejemos de hacer cosas sólo porque crecimos! –suplicó con la mirada- Por favor, Len, sólo por hoy… -su hermano suspiró y puso los ojos en blanco.

-Está bien, pero vas a tener que llevar mi mochila, no puedo cargarte si la llevo puest…

-¡Sí! –brincó un par de veces aplaudiendo y su hermano rió- ¡Dame la mochila! –apenas él se la quitó Rin la arrancó de sus manos y se paró detrás de su hermano que la alzó riendo.

-Pesas más que antes –bromeó y ella deslizó los brazos alrededor de su cuello.

-¡No me hagas enojar! –lo besó en la mejilla y él comenzó a correr.

Llegaron al instituto riendo y ella se bajó de un salto para abrazarlo.

-¡Eres el mejor hermano del mundo! –lo besó y le tendió la mochila, él estaba recuperando el aliento.

-No es igual que antes…

-Estás oxidado –Rió. Algo detrás de su hermano le llamó la atención-. Ahí están las chicas –lo besó en la mejilla- ¡Eres el mejor! –se alejó trotando y lo saludó con la mano.

Él la miró alejarse cuando se percató de que en el grupo de amigas a donde iba su hermana estaba Kasane Teto mirándolo. Hizo de cuenta que no la había visto y trató de alejarse pero alguien lo palmeó en el hombro. Se dio vuelta y sonrió al reconocerla.

-Buenos días, Len –le devolvió la sonrisa.

-¡Miku! –hablar con ella sería de ayuda para que Rin y sus amigas se fueran y Kasane no tuviera tiempo de acercarse- Volviste de Tokyo –comenzó a caminar en dirección a la entrada.

-Sí, por fin…

-¿No te gusta ser una idol? –le sonrió.

-Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas –metió una mano en el bolsillo y sacó un llavero en forma de L- ¡Esta vez no me olvidé de traerte algo! –rió dándoselo. Él se sorprendió al tomarlo.

-Gracias, Miku –ella le sonrió y comenzó a caminar en la dirección contraria.

-Le daré a Rin el que le traje a ella –se despidió con la mano-, nos vemos en clase.

Len miró el llavero, era bueno saber que las cosas con Miku seguían bien después de todo, suspiró y comenzó a caminar solo hacia la entrada antes de que Kasane se diera cuenta que podía acercarse. Megurine Luka se acercó a saludarlo sonriendo tímidamente.

-Luka-sempai –sonrió.

-Buenos días, Len-kun –lo miró tímidamente y él carraspeó.

-Dime ¿Te sientes mejor del resfrío? –ella asintió con la cabeza.

-Un poco –rió-, salí el sábado pero me encuentro bien de todas formas.

-¿Ese anillo es nuevo? –ella se sonrojó un poco asintiendo- Es muy hermoso…

-Me lo dio Gakupo… -sonrió. Len levantó una ceja- Sé que suena extraño pero… Bueno desde el sábado…

-Están juntos –sonrió-, otra vez se hizo el interesante y no mandó ningún mensaje…

-Supuse que no lo haría –rió-, por eso quería decírtelo yo primero –su rostro se iluminó al divisar algo por sobre el hombro de Len-, nos vemos luego, Len-kun… -él asintió mientras ella corría al encuentro de Gakupo que lo saludó con un gesto de la mano y luego tomó la de Luka.

Len rió, lo veía venir desde hacía unas semanas, suspiró. Rin y sus amigas ya habían entrado, tenía suerte, se apresuró a entrar antes de llegar tarde.

-Repeat with me –Meiko tomó el libro de la mesa un poco molesta mirando fijamente a uno de sus alumnos-. I had broken my leg the last week –la clase repitió lo que ella decía. Toda la clase menos un alumno. Ella se acercó hasta él y dejó caer el libro fuertemente sobre su pupitre- ¡Kagamine! Pay attention! –Len miró a su madre distraído y asintió con la cabeza- ¿Qué tiempo verbal estábamos practicando? –Len la miró desconcertado pero sin muchas intenciones de responder cuando sonó el timbre, su madre suspiró y lo miró de forma severa- Pónmelo más fácil, Len ¿quieres? No quiero sancionarte pero si sigues así voy a tener que hacerlo –tomó el libro de la mesa y salió del aula.

Len suspiró, había estado toda la clase tratando de no quedarse dormido pensando en Rin. La noche anterior le estaba cobrando partida. No se arrepentía, había podido observar a su hermana hasta el cansancio… su tierno rostro, cómo respiraba cuando dormía, el olor de su cabello. Sí, se había vuelto loco toda la noche, la lucha interna que había tenido durante esas horas había sido una de las peores pero lo había logrado, no se había acercado a sus labio ni por dos centímetros. Dejó caer el lápiz sobre el pupitre exhausto, suspiró, sólo habían pasado dos horas.

-¿No dormiste ayer, Len? –Miku se acercó a él que estaba acostado sobre el pupitre- Hiciste enojar a tu madre –rió.

-Digamos que no pude dormir muy bien…

-¿Qué sucedió? –rió- ¿Tenías pesadillas? ¿Soñaste que yo no existía más?

-Eso hubiera sido el sueño perfecto más que una pesadilla… -Miku lo golpeó.

-Eres idiota incluso dormido –suspiró- ¿Por qué no pudiste dormir? –le guiñó un ojo- ¿estabas mirando revistas prohibidas?

-¡Miku! –se enderezó en el asiento.

-¿Lo hiciste? –comenzó a reír.

-¡Por supuesto que no! –se quitó los anteojos y los dejó sobre el banco- Digamos que Rin no me dejaba dormir…

-¡Len! –su hermana entró hecha una furia al aula, ese semestre estaban en divisiones separadas- ¡No puedo creer que me lo hayas ocultado después de todo!

-Hablando del rey de Roma –rió Miku y se fue.

-¿Rin? ¿De qué estás hablando? –inquirió aunque suponía la respuesta, su hermana se acercó y tiró de su corbata.

-¡No puedo creer que ella sea la Chica Misteriosa! ¡No puedo creerlo! –bufó y tiró aun más.

-Rin… Vas a asfixiarme –ella lo soltó y se cruzó de brazos.

-Te lo mereces –infló los cachetes molesta- ¡¿Cómo no me contaste que ayer estuviste con Teto?! –La gente a su alrededor se daba vuelta para escucharlos, Len tomó a su hermana del brazo y la arrastró fuera del aula- ¡Ella ni siquiera es más linda que yo! –él la miró a los ojos y rió- ¡No es gracioso!

-Tranquilízate ¿quieres? –le puso una mano sobre el hombro y ella la quitó.

-No, no quiero –protestó.

-Ella no es la Chica Misteriosa…

-¿Ah, no? –pateó el suelo- ¿Entonces por qué estuviste con ella ayer? ¡Mientras yo me preocupaba por ti!

-Escúchame, Rin –la miró un poco avergonzado-. Es difícil de explicar… Ayer no estaba pensando con claridad luego de… Bueno ya sabes de qué y ella… No sucedió nada ¿Sabes? –se maldijo por dentro, había dado un mal paso al ir con una amiga de su hermana.

-¿Ella es la Chica Misteriosa o no? –dijo molesta y él negó con la cabeza.

-Tú lo dijiste, ella no es más linda que tú –acarició su mejilla-. No le llega ni a los talones a la Chica Misteriosa… -Rin suspiró.

-Entonces ¿qué hacías con ella ayer? –su hermano hizo una mueca.

-Idioteces –suspiró-, escucha, Rin, ayer no estaba actuando con la cabeza… ¿Podrías tratar de..?

-¿Hablar con ella? –suspiró y él asintió con la cabeza- Veré qué puedo hacer, está insoportable hoy… Ya le contó a medio mundo lo que hicieron ayer… -dijo molesta. Len se tapó el rostro con la mano.

-No hicimos absolutamente nada ¿sí? –bufó- Mamá me llamó al teléfono antes de que llegara a pasar algo y le agradezco al cielo por eso… Si está así por lo que pasó no quiero imaginarme si hubiéramos…

-¿Tú puedes hablar de esas cosas como si nada y cuando yo menciono algo ya te pones imposible? –levantó una ceja.

-Es diferente… -Len suspiró- No vuelvas a entrar gritando de esa forma al aula…

-Haré mi mejor esfuerzo –rió y lo miró más atentamente- ¿estás cansado?

-Un poco…

-¿No te dejé dormir? –él acarició su mejilla sonriendo y negó con la cabeza- ¡Lo siento, Len! ¡Debías habérmelo dicho!

-No tiene… -abrazó a su hermana de forma protectora. Ella vio pasar a Kaito por el pasillo antes de tener que preguntar. En los ojos de Len se leía el odio puro. Kaito siguió de largo sonriendo de forma extraña. El timbre sonó segundos después y Rin se soltó de él. Le sonrió levemente y se fue a su aula. Len hizo lo mismo. Miku le sonrió divertida cuando lo vio entrar.

-¿Volviste a los viejos tiempos, Len? –le sacó la lengua y el bufó apoyando la cabeza sobre el pupitre.

-No me hables de eso…

20 de octubre de 2011

Adolescence Rin x Len, Parte 7

Terminó de guardar en su mochila las cosas que necesitaría al día siguiente y dejó la mochila al lado del escritorio. Se paró y se estiró, se sacó la remera y la tiró en el canasto que estaba al lado de la puerta cuando Rin la abrió. Ella ya estaba en camisón y cerró la puerta a sus espaldas.

-¿Está todo bien? –se acercó y poniendo una mano en su barbilla la obligó a mirarlo a los ojos, ella parecía angustiada- ¿Rin, qué sucede? –ella sólo lo abrazó y él le acarició el cabello.

-¿Puedo dormir contigo hoy? –Len la estrechó más contra sí porque parecía que ella estaba a punto de llorar.

-¿Qué sucede? –ella lo miró a los ojos pero no respondió- ¿Desde cuándo tienes miedo de dormir sola? –le sonrió y ella lo golpeó en el hombro.

-No es eso… -suspiró- Es que… No me siento bien, mi cama es fría, la tuya es más cómoda –Len la miró sabiendo que estaba mintiendo- ¡Es verdad! –lo empujó levemente y se sentó en su cama.

-Rin… No creo que debas dormir conmigo… -se sentó a su lado- Ya estamos grandes para…

-¿Qué tiene de malo? –suspiró- Somos hermanos, ¿no? –dijo de forma amarga y él la miró extrañado.

-No es porque sea algo malo pero…

-¿Qué? –dijo molesta- ¿Planeabas hacer cosas sucias esta noche? –le sonrió de forma traviesa.

-¡Hey! –le pellizcó la nariz- No digas algo así –se dio vuelta para tomar su pijama-. Puedes quedarte, pero que no se vuelva una costumbre ¿Sí?

-¡Prometido! –cruzó los dedos frente a él y su hermano se levantó de la cama resignado- ¿A dónde vas? –él le mostró su pijama a rayas gris y negro en dirección a la puerta- ¿Por qué tienes que irte para cambiarte? –arrugó la nariz- Antes te cambiabas todo el tiempo frente a mí y no te importaba, de hecho nos metíamos en la pileta sin nada de ropa… -él puso los ojos en blanco.

-Antes era antes, Rin.

-¿Qué cambió? –se levantó molesta y se le acercó- ¿Qué es diferente ahora?

-Todo, Rin… -Len no podía entender las reacciones de su hermana, no sabía cómo actuar.

-¿Ahora te molesta que yo te vea? ¿No somos hermanos? ¿Cuál es tu problema? –dio otro paso hacia él furiosa.

-No es que me moleste o que tenga algún problema, Rin… Sólo que no creo que sea lo correcto… -Len no sabía cómo manejar la situación ¿qué era lo que realmente le pasaba?

-¡Lo “correcto”! –bufó- Dime, ¿qué es “lo correcto”? –sus rostros estaban apenas a tres centímetros.

Len la miró a los ojos, atónito. La tomó por los brazos y la alejó un poco molesto.

-No se trata de eso, Rin –suspiró-. No me gustaría que vieses a un chico desnudo, yo no voy a ser la excepción –salió por la puerta dejando a Rin a punto de gritarle algo.

Se metió en el baño y se puso el pijama. Se apoyó contra la pared y se tapó el rostro con las manos ¿qué estaba sucediendo? ¿Qué trataba de hacer Rin? Se mojó la cara con agua fría, pero eso no lo calmó, trató de normalizar su respiración pero fue inútil ¿qué le pasaba? Sólo sabía que no podía dejar que Rin durmiera con él esa noche. Volvió a su habitación rogando porque ella se hubiera ofendido y vuelto a la suya. Cuando abrió la puerta suspiró, una parte de él aliviado y la otra angustiado, Rin estaba acostada de espaldas a la puerta abrazando un almohadón.

-¿Vas a dormir aquí de todas formas? –susurró cerrando la puerta.

-¿Por qué no lo haría? ¿No es lo “correcto”? –dijo molesta.

Len se acostó a su lado, no sabía cómo echarla, una parte de él sonrió, tomó la frazada y los tapó a ambos. Se inclinó para poder ver el rostro de su hermana.

-No sé qué mosca te picó –bufó-, pero te estás comportando de forma muy extraña.

Ella giró en la cama para enfrentarlo.

-No me picó nada –dijo ofendida-, tú te estás comportando de forma ridícula… -Len se rió de su reacción y ella lo golpeó- ¡No te rías!

-No grites- le susurró y apoyó una mano sobre su mejilla sonriendo. Deslizó la mano hasta su cuello y siguió hasta la nuca donde describió círculos con el dedo pulgar. Ella lo miró a los ojos todavía molesta- ¿por qué estás actuando de forma caprichosa?

-Yo no soy caprichosa –frunció el ceño y colocó una mano en su cuello-. Tú eres ridículo Vamos, dime: ¿qué es “lo correcto”? –Len suspiró pensando una respuesta y volvió a suspirar.

-No soy la persona indicada para responder a eso –corrió el cabello del flequillo de su hermana a un costado acariciando su frente. La miró a los ojos y sintió la necesidad de quitar su mano, la dejó en el hueco que había entre ambos. “No debo tocar tu cabello, si no estaré mintiendo también “ resonó en su cabeza y suspiró. Rin tomó su mano y lo miró a los ojos preguntando sin palabras, él sólo torció los labios. Rin colocó la mano de su hermano sobre su rostro de nuevo y cerró los ojos. Len la acarició suavemente mirándola de forma cariñosa-. Rin…

-¿Qué, Len? –dijo con voz somnolienta.

-¿Qué ibas a decirme antes de bajar a comer? –ella abrió los ojos sorprendida y se ruborizó.

-Nada, Len, olvídate de eso –se acercó más a él acomodando la cabeza en el hueco del cuello y la barbilla de su hermano.

-Rin… ¿por qué no quieres decírmelo? –susurró sobre su cabello y colocó la mano sobre su cintura sintiéndose un poco mareado.

-No es nada, Len, olvídate –dijo con voz suplicante-, por favor… -se estrechó más contra él y sus piernas se enredaron.

-¿Qué era, Rin? –sentía que su cabeza iba a explotar si ella seguía jugando con su cabello, era una sensación algo masoquista.

-No era nada, Len –dijo molesta y un poco angustiada-. Una tontería nada más… -hundió los dedos en su cabello.

-Me has contado miles de tonterías ¿por qué no quieres con..? –ella besó su cuello y él la estrechó un poco más contra sí.

-No insistas más, Len, no voy a decírtelo –volvió a besar su cuello y él sintió como una lágrima de su hermana caía sobre su cuello-. Dulces sueños, Len –susurró de forma apenas audible.

Él besó su coronilla e intentó dormirse pero le era imposible.



Volví de Tilcara! y acá está el cap atrasado :P

Tilcara

9 de octubre de 2011

Adolescence Rin x Len, Parte 6

-Len –susurraron a su oído-, no atiendas…

-Espera, Teto –frunció el ceño al reconocer el número, se incorporó en el sillón dejándola con los brazos extendidos hacia él-. Es sólo un segundo… -abrió el celular y se lo llevó al oído- ¿Sí?

-¿Len? –suspiró su madre- Gracias a Dios…

-¿Qué sucede? –preguntó extrañado.

-No lo sé, dímelo tú –dijo de forma severa-. Llego a casa y me encuentro a tu hermana llorando…

-¿Qué pasó? –se incorporó de un salto buscando su remera en el suelo bajo la mirada ofendida de Teto.

-No lo sé exactamente, parece bastante sensible… -suspiró- ¿Dónde demonios estás? ¿Por qué no fuiste al club a la tarde? ¿Qué se supone…

-Estoy de camino –colgó suspirando. Teto recostada en el sillón lo miraba molesta-. Lo siento -le acarició el cabello y la besó-. Emergencia familiar –se colocó la campera y unos zapatos que se había comprado de camino-. Te llamo luego ¿sí?

No se quedó a esperar la respuesta, salió del departamento y comenzó bajar las escaleras del edificio acomodándose el cabello, era realmente un imbécil. Se subió a la bicicleta y comenzó a pedalear con fuerza.

-Estoy en casa… -dijo agitado quitándose las zapatillas.

-¿Puedo saber dónde estabas? –su madre estaba sentada en la mesa con un cigarrillo en la mano. Él hizo una mueca- Ok, no me digas –suspiró.

-No fumes aquí dentro –le quitó el cigarrillo de las manos y lo apagó contra la mesa. Ella hizo un gesto con la mano restándole importancia.

-Deberías subir –lo presionó con la mirada-. No sé qué hiciste pero Rin está bastante deprimida…

-Estoy en eso –le dio la espalda subiendo a las corridas las escaleras. Tocó dos veces la puerta de su hermana y abrió un poco avergonzado- ¿Rin? ¿Puedo pasar?

-¡Idiota! –le lanzó un almohadón.

Len atrapó el proyectil en el aire, y se acercó a su hermana que estaba hecha un ovillo en la cama apoyada contra la pared. Dejó caer el almohadón al piso y se sentó a su lado extendiéndole los brazos. Ella se lanzó sobre su hermano llorando más fuerte que antes, aferrándose a su remera. Len le acariciaba el cabello abrazándola.

-Perdón, perdón, perdón –repetía en su oído-. Soy realmente un imbécil ¿Cierto? –se lamentó- Haz lo que quieras, Rin, no me escuches ¿sí? No me importa, sólo estaba enojado, discúlpame –en su voz se notaba lo apenado que estaba-. No me disculpes, no me lo merezco, de verdad, Rin, sal con Kaito, con Hiyoteru, con el que quieras, pero no te pongas así…

-Eres un idiota –dijo ella refregándose el rostro y mirándolo a los ojos-. Me tenías preocupada… -sollozó. Él levantó una ceja extrañado- No sabía si estabas bien… Kaito… -se le quebró la voz- Él fue tras de tí y tenía miedo de que hubieran peleado –sollozó.

-¿Que él qué? –le secó las lágrimas con el dorso de la mano- Shh -la abrazó.

-Él realmente quería matarte –sollozó-. Peleamos y le dije que no podía seguir estando con él después de lo que había dicho…

-¿Qué dijo? –le acarició el cabello.

-Dijo que eras un imbécil –sonrió un poco-. Dijo que siempre te estabas metiendo porque estabas celoso y que no te soportaba… Luego te siguió…

-Ay, Rin… -la estrechó contra su pecho- No tenías que…

-¡Sí tenía! –sollozó- Tenías razón, Len, Kaito era un imbécil más grande que tú…

-No, no hay un tonto más grande que yo… -Rin se colgó de su cuello y él le frotó la espalda- Tranquila…

-¿Puedo..? –Meiko se asomó a la habitación pero él le hizo señas para que guardara silencio.

Len salió del cuarto apagando la luz a sus espaldas y suspiró.

-Se quedó dormida –susurró.

-¿Ya está bien? –preguntó preocupada. Él se encogió de hombros y se metió en su cuarto.

-¿Len? Ah... Gracias…. ¿Te parece que caliente el arroz que sobró ayer? –él asintió y cerró la puerta suspirando.

Se tiró en la cama y tomó el cuaderno y el lápiz del escritorio tarareando una nueva idea. No podía decir que no se alegrara de que Rin ya no estuviera con Kaito, pero la tristeza de su hermana opacaba esa felicidad.

- Una mariposa púrpura en tu hombro derecho… -escribió tarareando el ritmo- Nos besamos en la esquina de la habitación… Aprendí lo que es tener un sentimiento desgarrador… -estaba escribiendo lo más rápido que podía- El sonido de un piano resuena, disonancia en mi cabeza… -suspiró- Arrímate a mí, tengo un agujero negro en mi cuerpo… Tú eres la única que puede satisfacer mi corazón ¿No eres tú la única? Sabes que lo eres, no me puedo controlar más… -no le costó demasiado corregir la letra, era bastante corta. Rápidamente se sentó en la silla del escritorio y prendió la computadora, tenía que hacer la melodía…

Tenía la vista cansada, se puso los anteojos cuadrados de marco rojo y comenzó a trabajar en el monitor. Media hora después se estaba quedando dormido. Había sido un día largo, se detuvo unos segundos ¿qué haría con Kasane Teto? Suspiró, la había utilizado, como hacía antes de salir con Miku, suspiró y cerró el programa, estaba muy cansado para seguir. Debería aplicar otra vez sus técnicas para alejarla de él, era amiga de Rin, un poco molesta y bastante pesada, no iba ser tan fácil.

La puerta se abrió y él se quitó los auriculares, Rin entró en la habitación sonriendo levemente.

-Mamá dice que ya va a estar la comida –se le acercó.

-¿Estás mejor? –extendió el brazo para acariciar su mejilla, tenía los ojos rojos por tanto llorar, ella se encogió de hombros y se sentó sobre sus piernas recostándose en su pecho- ¿Cansada? –la abrazó.

-Un poco –suspiró y se aferró de la remera de su hermano-. Gracias, hoy sólo estabas siendo un buen hermano –él negó con la cabeza-, sí, estabas actuando como se suponía que actuaras; si no hubieras entrado en la habitación… ahora estaría lamentándome por algo más –suspiró-. Realmente estabas enojado –rió.

-Bueno… Eres mi hermanita ¿no? –le frotó el hombro cariñosamente- No podía permitir que… -ella colocó un dedo sobre sus labios acallándolo.

-Olvidemos lo que sucedió ¿sí? –lo miró a los ojos- Era un idiota, siempre lo decías, lo único que quería él…

-Olvidémonos –sonrió tras el dedo de su hermana.

Se quedaron mirando a los ojos durante un rato y la sonrisa de Len se apagó lentamente.

-Deberíamos ayudar abajo… -Rin negó con la cabeza un poco molesta- ¿Qué sucede? –ella tomó sus anteojos, se los quitó lentamente y se lo quedó mirando a los ojos pensativa, algo confusa- ¿Rin? -inquirió preocupado en un susurro. Ella negó con la cabeza un poco triste- ¿Qué pasa, Rin? –ella dejó caer la cabeza sobre el hombro de su hermano y lo abrazó con fuerza- Vamos, Rin, puedes decirme lo que sea… -ella tragó saliva y su voz sonaba apenada.

-No lo sé, Len… -se inclinó para mirarlo a los ojos y con una mano acarició sus labios- Sólo que… -se mordió el labio inferior- Es que… Hoy, a la tarde… Cuando…

-¡A comer, chicos! ¡Bajen de una vez! –su madre gritó desde la cocina. Rin lo miró a los ojos de una forma que su hermano no pudo entender y se levantó deprisa. Len la retuvo tomando su brazo.

-¿Qué ibas a decir, Rin? –su corazón parecía completamente detenido, iba a enloquecer si ella no le decía.

-Cuando…

-¡¿No me escucharon?! ¡Bajen a comer! –Rin miró la puerta y luego a su hermano.

-Sólo olvídalo, Len –él le suplicó con la mirada-. No es nada importante, lo prometo… -la mano de su hermano se aflojó levemente y ella se soltó y corrió hacia la puerta-, mamá se va a enojar si no bajamos –sonrió.

-En un segundo estoy con ustedes –murmuró y salió de la habitación metiéndose en el baño.

Se mojó la cara con agua fría ¿qué iba a decirle Rin? ¿Cuando qué? Habían pasado muchas cosas ese día como para poder adivinar, suspiró, ¿y si ella se refería a..? Negó con la cabeza y extendió la mano sobre el espejo.

-Rin… -suspiró, tomó la toalla y se secó bruscamente, iba a volverse loco si las cosas seguían así.


:D En esta ocasión Len está "escribiendo" la letra de Butterfly on your right shoulder.
Este parte de la hisoria se la quería dedicar a la persona anónima que me da ánimos desde la entrada anterior, me alegro que te guste :D

2 de octubre de 2011

Adolescence Rin x Len, Parte 5


Se subió a la bicicleta de un salto, debía salir de allí lo antes posible. No podía creer lo que acababa de hacer, se maldijo. Era un imbécil. Se llevo una mano a los labios, todavía podía sentir los delicados de su hermana, su respiración tan cerca… Sacudió la cabeza, tenía que olvidarse de esa sensación de inmediato o iba a volverse loco. Alguien estaba gritándole.

-¡Kagamine! – Hiyama Kiyoteru, su compañero del club de tenis lo estaba corriendo bastante agitado- ¡Kagamine, espera!

Él le hizo caso y frenó la bicicleta extrañado.

-Hiyama –lo saludo con la mano-. ¿Qué sucede?

Su amigo se detuvo apoyando las manos en las rodillas para recobrar el aliento. Se acomodó los anteojos y le sonrió.

-¡Vas rápido! Te estuve siguiendo dos cuadras y no me oías ¿En qué pensabas? –Len se ruborizó.

-Nada…

-¿Problemas de chicas? –rió y le palmeó el hombro, era mucho más alto que él, Len sólo rió falsamente- Escucha, me quedé con los chicos en el club almorzando, no todos vivimos tan cerca, parece que no habrá clases por la tarde… -Len lo miró con el ceño fruncido.

-¿Por qué no? ¿Qué sucedió? –Hiyama parecía un poco incómodo.

-El Sensei tuvo un accidente –al ver el rostro preocupado de su amigo le sonrió-, no fue nada grave, Kagamine, sólo se tropezó con una pelota… Se torció la muñeca pero está bien… Dijo que por hoy podíamos volver a casa… -le sonrió- Estaba volviendo justamente cuando te vi pasar y tenía que avisarte para que no vayas sin razón, seguro tienes alguna otra cosa que hacer…

A Len no le gustó la idea. Una parte de él quería volver a toda velocidad y preguntarle a Rin qué pensaba de lo que acababa de suceder; la otra parte, más sensata y razonable, no estaba preparada para volver a ver a su hermana. Suspiró, no debía volver hasta que no se calmaran sus latidos, o la sensación que permanecía en sus labios. Haría como si nada hubiese pasado, no debía volver a escuchar ese tipo de consejos, no debía dejarse llevar por ese tipo de impulsos nunca más.

-¿Algo va mal, Kagamine? –lo miró algo preocupado- Hoy en las prácticas estabas un poco distraído…

-No es nada –suspiró buscando su celular, miró el último mensaje, era de Gumi pidiéndole disculpas.

-¿Seguro? –se acomodó los anteojos- Puedes hablar conmigo si quieres…

Len lo evaluó con la mirada y negó con la cabeza. No podía andar contando por ahí que hacía cinco minutos había besado a su hermana gemela, suspiró.

-Ando un poco cansado –hizo un gesto con la mano para irse pero su amigo puso una mano en el mango de la bicicleta, se había sonrojado un poco.

-Esto… Kagamine… No sé si preguntarte algo –Len lo miró extrañado-. ¿Podrías darme el número de tu hermana?

Él tuvo que contener el impulso de golpearlo. En su rostro se notaba claramente su enojo.

-Si quieres su número pídeselo a ella –escupió las palabras y comenzó a pedalear bastante furioso. No estaba muy lejos de su casa. Dejó la bicicleta estacionada en la puerta pero no quiso entrar. Todavía no debía. Decidió que lo mejor sería caminar.

Volvió a sacar el teléfono de su bolsillo. Podía llamar a Gumi, ella no se negaría a salir a dar una vuelta con él, y no vivía muy lejos para irla a buscar… Negó con la cabeza, también estaba Kasane Teto que la semana anterior le había dado su número, suspiró y volvió a guardar su celular ¿Dejaría que volviera el Len Casanova [Spice mode] sólo para quitarse esa sensación de los labios? Negó con la cabeza, ya había superado esa etapa ¿o no? Terminó de dar la vuelta a la manzana y decidió que lo mejor era entrar a su casa, antes de cometer la segunda idiotez de ese día.

-¡Est… -se detuvo al ver un par de zapatos desconocidos en la entrada. Frunció el ceño: colgado estaba el sobretodo blanco y la bufanda azul de Kaito.

Recorrió la planta baja con la mirada: el sillón, la mesa, el televisor la cocina… Ni rastro de su hermana ni del imbécil de su novio. Suspiró y comenzó a subir las escaleras en silencio. Una vez arriba evaluó el pasillo… Estaban en la habitación de Rin, maldijo. Su hermana sabía que él estaría en el club, que no llegaría hasta dos horas más tarde. Fue hasta la puerta cerrada donde había un cartel que en letras amarillas decía “Rin “ ”. Se apoyó en la puerta para poder oír, teniendo cuidado en no abrirla. Sólo se escuchaban susurros de sábanas.

-Kaito… No sé si…

-Relájate, Rin ¿No me amas? –Len no escuchó la respuesta pero la supuso- ¿Entonces? ¿Cuál es el problema?

-No es que haya un problema –rió de forma nerviosa-. Sólo que no creo que…

-Shh… Va a estar todo bien –pasaron cinco segundos de silencio que casi matan a Len-. No tienes de qué preocuparte, Rin…

-Kaito no… -una especie de suspiro por parte de su hermana le dieron náuseas. Susurro de tela, había movimiento ahí dentro.

Len no pudo soportarlo más, le hervía la sangre. No podía dejar que alguien tan inútil, tan… imbécil tocara a su hermana, ella no quería estaba seguro y no podía soportar la idea de lo que estuviera pasando del otro lado de la puerta. La abrió de golpe al tiempo que decía en voz muy alta e inocente

-¡Rin, me prestas el cargad..! –su hermana se bajó la remera rápidamente y se levantó de la cama de un salto sorprendida. Kaito tenía cara de muy pocos amigos, estaba recostado de lado bastante despeinado y sin remera.

-¡Len! Se supone que…

-¡Oh, lo siento! –él no la miraba, estaba desafiando a Kaito con la vista- ¿Qué estaba interrumpiendo? –en su voz no había una pizca de gracia. Rin golpeó su hombro, se había sonrojado y estaba haciendo un esfuerzo por contener las lágrimas de vergüenza.

-¡Debías tocar la puerta, Len! –le gritó y él la miró con una sonrisa cruel.

-¡Lo siento! ¡¿Se supone que tengo que saber qué pasa en esta casa mientras no estoy?!

-¡No tiene nada que ver! ¡Lo sabías antes de abrir!

-¡Crees que me voy a quedar de brazos cruzados escuchando como este tipo te..!

-¡No tenías por qué interrumpir!

Estaban gritando al mismo tiempo, no entendían siquiera lo que ellos mismos decían. Kaito se puso la remera y tomó a Rin del brazo, mientras su hermano lo amenazaba a muerte con los ojos.

-Tranquila, ya me voy –comenzó a bajar las escaleras dándoles la espalda.

-¡¿Estás feliz ahora?!

-¡Sólo si no vuelve a pisar esta casa! –Rin bajó las escaleras corriendo.

Len se apoyó contra el marco de la puerta maldiciéndose, tenía los puños muy apretados, golpeó la pared para desquitar la furia contenida ¿Qué esperaba Rin? ¿Qué se metiera en su habitación tranquilamente esperando a que salieran para tomar el té juntos? Bajó corriendo y los divisó a unos pasos de la entrada. Se acercó con pasos decididos sin saber qué iba a hacer. Tomó a Rin de la mano y la arrastró hacia adentro.

-¡¿Qué demonios estás haciendo?! –ella trataba de soltarse pero su hermano era más fuerte- ¡Len, suéltame! -Él cerró la puerta de un golpe y la miró a los ojos respirando agitado, a ella se le escapó una lágrima- ¡¿Qué haces?! -Len se dejó caer en el sillón cubriéndose el rostro con la mano y Rin se paró frente a él- ¡¿No vas a responderme?!

-No quiero que lo vuelvas a ver, Rin –dijo secamente, consciente de lo brusco que estaba siendo pero su cabeza hervía, no podía ser más suave.

-¿Ah, sí? ¡¿Quién eres tú para prohibírmelo?! –estaba llorando.

-¡Tu hermano, Rin! –se paró y la tomó por los hombros- ¡El imbécil de tu hermano!

Ella lo miró a los ojos sin saber qué decirle, los insultos se le atoraban en la garganta. Lo abofeteó sin pensarlo. Len no se movió ni la detuvo. Apretó los puños y se dirigió a la puerta. Abrió violentamente y salió a la calle descalzo, su hermana lo siguió corriendo.

-¡No lo hagas, Len! –él se detuvo, frente a Kaito que seguía en la puerta- ¡Por favor, Len, no!

Kaito se enderezó y le sonrió provocándolo, él estaba realmente agitado, apretó todavía más los puños.

-¡Len..! –Rin estaba llorando- Por favor…

Su hermano tomó la bicicleta que había dejado contra la pared de la entrada, se subió de un salto y comenzó a pedalear con furia alejándose velozmente de su casa.

Se subió a la bicicleta de un salto, debía salir de allí lo antes posible. No podía creer lo que acababa de hacer, se maldijo. Era un imbécil. Se llevo una mano a los labios, todavía podía sentir los delicados de su hermana, su respiración tan cerca… Sacudió la cabeza, tenía que olvidarse de esa sensación de inmediato o iba a volverse loco. Alguien estaba gritándole.

-¡Kagamine! – Hiyama Kiyoteru, su compañero del club de tenis lo estaba corriendo bastante agitado- ¡Kagamine, espera!

Él le hizo caso y frenó la bicicleta extrañado.

-Hiyama –lo saludo con la mano-. ¿Qué sucede?

Su amigo se detuvo apoyando las manos en las rodillas para recobrar el aliento. Se acomodó los anteojos y le sonrió.

-¡Vas rápido! Te estuve siguiendo dos cuadras y no me oías ¿En qué pensabas? –Len se ruborizó.

-Nada…

-¿Problemas de chicas? –rió y le palmeó el hombro, era mucho más alto que él, Len sólo rió falsamente- Escucha, me quedé con los chicos en el club almorzando, no todos vivimos tan cerca, parece que no habrá clases por la tarde… -Len lo miró con el ceño fruncido.

-¿Por qué no? ¿Qué sucedió? –Hiyama parecía un poco incómodo.

-El Sensei tuvo un accidente –al ver el rostro preocupado de su amigo le sonrió-, no fue nada grave, Kagamine, sólo se tropezó con una pelota… Se torció la muñeca pero está bien… Dijo que por hoy podíamos volver a casa… -le sonrió- Estaba volviendo justamente cuando te vi pasar y tenía que avisarte para que no vayas sin razón, seguro tienes alguna otra cosa que hacer…

A Len no le gustó la idea. Una parte de él quería volver a toda velocidad y preguntarle a Rin qué pensaba de lo que acababa de suceder; la otra parte, más sensata y razonable, no estaba preparada para volver a ver a su hermana. Suspiró, no debía volver hasta que no se calmaran sus latidos, o la sensación que permanecía en sus labios. Haría como si nada hubiese pasado, no debía volver a escuchar ese tipo de consejos, no debía dejarse llevar por ese tipo de impulsos nunca más.

-¿Algo va mal, Kagamine? –lo miró algo preocupado- Hoy en las prácticas estabas un poco distraído…

-No es nada –suspiró buscando su celular, miró el último mensaje, era de Gumi pidiéndole disculpas.

-¿Seguro? –se acomodó los anteojos- Puedes hablar conmigo si quieres…

Len lo evaluó con la mirada y negó con la cabeza. No podía andar contando por ahí que hacía cinco minutos había besado a su hermana gemela, suspiró.

-Ando un poco cansado –hizo un gesto con la mano para irse pero su amigo puso una mano en el mango de la bicicleta, se había sonrojado un poco.

-Esto… Kagamine… No sé si preguntarte algo –Len lo miró extrañado-. ¿Podrías darme el número de tu hermana?

Él tuvo que contener el impulso de golpearlo. En su rostro se notaba claramente su enojo.

-Si quieres su número pídeselo a ella –escupió las palabras y comenzó a pedalear bastante furioso. No estaba muy lejos de su casa. Dejó la bicicleta estacionada en la puerta pero no quiso entrar. Todavía no debía. Decidió que lo mejor sería caminar.

Volvió a sacar el teléfono de su bolsillo. Podía llamar a Gumi, ella no se negaría a salir a dar una vuelta con él, y no vivía muy lejos para irla a buscar… Negó con la cabeza, también estaba Kasane Teto que la semana anterior le había dado su número, suspiró y volvió a guardar su celular ¿Dejaría que volviera el Len Casanova [Spice mode] sólo para quitarse esa sensación de los labios? Negó con la cabeza, ya había superado esa etapa ¿o no? Terminó de dar la vuelta a la manzana y decidió que lo mejor era entrar a su casa, antes de cometer la segunda idiotez de ese día.

-¡Est… -se detuvo al ver un par de zapatos desconocidos en la entrada. Frunció el ceño: colgado estaba el sobretodo blanco y la bufanda azul de Kaito.

Recorrió la planta baja con la mirada: el sillón, la mesa, el televisor la cocina… Ni rastro de su hermana ni del imbécil de su novio. Suspiró y comenzó a subir las escaleras en silencio. Una vez arriba evaluó el pasillo… Estaban en la habitación de Rin, maldijo. Su hermana sabía que él estaría en el club, que no llegaría hasta dos horas más tarde. Fue hasta la puerta cerrada donde había un cartel que en letras amarillas decía “Rin “ ”. Se apoyó en la puerta para poder oír, teniendo cuidado en no abrirla. Sólo se escuchaban susurros de sábanas.

-Kaito… No sé si…

-Relájate, Rin ¿No me amas? –Len no escuchó la respuesta pero la supuso- ¿Entonces? ¿Cuál es el problema?

-No es que haya un problema –rió de forma nerviosa-. Sólo que no creo que…

-Shh… Va a estar todo bien –pasaron cinco segundos de silencio que casi matan a Len-. No tienes de qué preocuparte, Rin…

-Kaito no… -una especie de suspiro por parte de su hermana le dieron náuseas. Susurro de tela, había movimiento ahí dentro.

Len no pudo soportarlo más, le hervía la sangre. No podía dejar que alguien tan inútil, tan… imbécil tocara a su hermana, ella no quería estaba seguro y no podía soportar la idea de lo que estuviera pasando del otro lado de la puerta. La abrió de golpe al tiempo que decía en voz muy alta e inocente

-¡Rin, me prestas el cargad..! –su hermana se bajó la remera rápidamente y se levantó de la cama de un salto sorprendida. Kaito tenía cara de muy pocos amigos, estaba recostado de lado bastante despeinado y sin remera.

-¡Len! Se supone que…

-¡Oh, lo siento! –él no la miraba, estaba desafiando a Kaito con la vista- ¿Qué estaba interrumpiendo? –en su voz no había una pizca de gracia. Rin golpeó su hombro, se había sonrojado y estaba haciendo un esfuerzo por contener las lágrimas de vergüenza.

-¡Debías tocar la puerta, Len! –le gritó y él la miró con una sonrisa cruel.

-¡Lo siento! ¡¿Se supone que tengo que saber qué pasa en esta casa mientras no estoy?!

-¡No tiene nada que ver! ¡Lo sabías antes de abrir!

-¡Crees que me voy a quedar de brazos cruzados escuchando como este tipo te..!

-¡No tenías por qué interrumpir!

Estaban gritando al mismo tiempo, no entendían siquiera lo que ellos mismos decían. Kaito se puso la remera y tomó a Rin del brazo, mientras su hermano lo amenazaba a muerte con los ojos.

-Tranquila, ya me voy –comenzó a bajar las escaleras dándoles la espalda.

-¡¿Estás feliz ahora?!

-¡Sólo si no vuelve a pisar esta casa! –Rin bajó las escaleras corriendo.

Len se apoyó contra el marco de la puerta maldiciéndose, tenía los puños muy apretados, golpeó la pared para desquitar la furia contenida ¿Qué esperaba Rin? ¿Qué se metiera en su habitación tranquilamente esperando a que salieran para tomar el té juntos? Bajó corriendo y los divisó a unos pasos de la entrada. Se acercó con pasos decididos sin saber qué iba a hacer. Tomó a Rin de la mano y la arrastró hacia adentro.

-¡¿Qué demonios estás haciendo?! –ella trataba de soltarse pero su hermano era más fuerte- ¡Len, suéltame! -Él cerró la puerta de un golpe y la miró a los ojos respirando agitado, a ella se le escapó una lágrima- ¡¿Qué haces?! -Len se dejó caer en el sillón cubriéndose el rostro con la mano y Rin se paró frente a él- ¡¿No vas a responderme?!

-No quiero que lo vuelvas a ver, Rin –dijo secamente, consciente de lo brusco que estaba siendo pero su cabeza hervía, no podía ser más suave.

-¿Ah, sí? ¡¿Quién eres tú para prohibírmelo?! –estaba llorando.

-¡Tu hermano, Rin! –se paró y la tomó por los hombros- ¡El imbécil de tu hermano!

Ella lo miró a los ojos sin saber qué decirle, los insultos se le atoraban en la garganta. Lo abofeteó sin pensarlo. Len no se movió ni la detuvo. Apretó los puños y se dirigió a la puerta. Abrió violentamente y salió a la calle descalzo, su hermana lo siguió corriendo.

-¡No lo hagas, Len! –él se detuvo, frente a Kaito que seguía en la puerta- ¡Por favor, Len, no!

Kaito se enderezó y le sonrió provocándolo, él estaba realmente agitado, apretó todavía más los puños.

-¡Len..! –Rin estaba llorando- Por favor…

Su hermano tomó la bicicleta que había dejado contra la pared de la entrada, se subió de un salto y comenzó a pedalear con furia alejándose velozmente de su casa.


Con "Spice mode" me refiero a la canción Spice, por si no se entiende xD

Neko