9 de diciembre de 2018

Anuncio sobre Fics

¡Hola!
No me pasaba por mi blog hace años ¡Años!

Creo que está bastante muerto, me dio nostalgia recientemente todo lo que era la comunidad blogger antes y decidí pasar a ver.

Si alguien sigue ahí esperando acaso que actualice los fanfics que estaban subiéndose por este medio les ruego que vayan a buscarlos a Fanfiction.net donde sí estoy subiendo los capítulos tanto de Adolescence como de Recuerda y Yume Sakura: Sueños de pétalos de cerezo.
Además de subir otras historias.


Aunque no haya nadie más que los lea a estas alturas me llevé una sorpresa actualizándolos en la otra página y si hay alguien que los lee no quiero que se pierda ese canal.

Eso era todo, nos leemos :)

10 de agosto de 2015

Adolescence Rin x Len OVA 2 parte 7

Special Thanks a Vitainuka S.!!!



La observó durmiendo abrazada con brazos y piernas a la almohada, por lo que sabía no la había soltado en toda la noche. El despertador volvió a sonar pero su prima ni se inmutó, seguía durmiendo ignorando por completo la hora. Lo apagó ella y con una sonrisa acarició su frente.
-Bella durmiente, es hora de despertarse, wake up!-le dijo sin gritar demasiado para no ser tan abrupta. La menor se removió un poco pero no se despertó, seguía en su mundo de ensueño. Le causó gracia la negación a despertarse que tenía. Se acercó a su oído y susurró- Ya es hora de despertarse, Rin…
Con la cercanía pareció reaccionar más pero aún estaba soñando.
-Cinco minutos más, Len… -Se giró sin soltar la almohada ¿Cómo hacía para despertarse todos los días? ¿Len se tomaba el trabajo de ir a su habitación y sacudirla hasta que se levante? Decidió destaparla para que el frío la obligue a despertarse-Quiero estar todo el día abrazada así cont…-dejó de murmurar en sueños cuando abrió los ojos recordando de pronto que esa no era la cama de su hermano, que la almohada no era su hermano y que quien intentaba despertarla no era su hermano. Se había sentado abruptamente en la cama- ¡Lily!-Le reprochó aunque ella no tuviese la culpa.
Su prima rió y se alejó de la cama hacia la cómoda que Rin usaba para maquillarse y peinarse.
-Sí que no te gusta madrugar, eh-se estaba mirando al espejo arreglando su cabello con unas hebillas que había ahí-Tienes suerte de que esté aquí para despertarte, te hubieses quedado dormida de no ser por mí-le guiñó un ojo a través del espejo ya que sabía que la estaba mirando.
Rin se sonrojó ¿Qué había llegado a decir dormida? Al parecer su prima no había escuchado nada porque no parecía indignada o sobresaltada.
-¿Qu.. Qué haces despierta tan temprano? No es necesario que me despiertes…-se levantó de la cama evitando su mirada en el espejo. Mientras Lily estuviese allí tendría que tener mucho cuidado con lo que pudiese decir dormida.
-Estoy totalmente descolocada con los horarios, es el jetlag supongo…-Se dio vuelta y le sonrió mientras buscaba el uniforme-Me desperté como a las cinco de la mañana y desde ahí que no me pude dormir… Pero como mis amigas de casa están despiertas porque allí son como las siete de la tarde me quedé hablando con ellas por mensaje… Y viendo cómo dormías ¡Tu pareja cuando duerman juntos sufrirá de noche! No soltaste esa almohada por nada del mundo-rió con ganas poniéndose de pie.
Rin se sonrojó aún más ¿Len sufriría dormir con ella todas las noches? Estaba segura que, como a la almohada, no lo dejaba de abrazar en ningún momento.
-Llegó Lily de Estados Unidos-comentó muy molesta mordiendo con furia un sándwich. Era la hora del almuerzo y estaba sentada en una mesa en el patio del instituto junto con Miku y con Haku.
-¡¿Hacé cuánto que no veías a tu prima?!-le sonrió pero notó al instante la disconformidad-¿Eso te puso de mal humor todo el día?
-No estoy de mal humor-frunció el ceño-. Estoy como todos los días…
-No engañas a nadie, Rin-le guiñó un ojo-¿No es verdad que estuvo todo el día con cara de “voy a asesinar a mi prima”, Haku?-buscó apoyo en su nueva “discípula”.
-Eh… yo… Supongo que sí…-tartamudeó un poco ocultándose detrás de su botella de agua.
-¡Mentira! Yo no quiero asesinar a nadie-resopló, admitir que estaba molesta con ella era admitir que estaba en realidad celosa de ella, celos que ni siquiera sentía por Miku que había estado con su hermano antes que ella.
-Ya… Si tú lo dices-levantó las cejas, era obvio que no la iba a dejar de molestar con ese tema-¿Y dónde está ella ahora? ¿No se inscribió al instituto en este tiempo que iba a visitarlos? Lo hizo una vez cuando eran más chicos ¿verdad?
-Dijo algo como que iba a estar muy poco tiempo para eso, la última vez se había quedado más de un mes-desvió la mirada-. Además dijo que había venido exclusivamente para cuidar de Len…
-¡Ajá!-La señaló ganando la batalla-Entonces estás celosa porque ella está cambiándole las vendas en este momento mientras hablamos-la miró con picardía y a Rin le subieron los colores de furia. ¿Realmente estaría ayudándolo con el vendaje? ¡Ella quería hacer eso! Miku rió-¡Era una broma! Pero es eso entonces…-suspiró-Rin, ella es tu prima y está bien que cuide de Len…
-Yo me puedo encargar de eso-dijo ofendida ya admitiendo sus celos abiertamente.
-No, estás aquí ahora mismo, tu madre está trabajando, Len tiene suerte de contar con alguien en su casa… ¿Quién va a ayudarlo a bañarse si no fuera…?-la rubia le cortó la broma lanzándole el envoltorio de su sándwich para callarla-Bueno, no te enojes tanto…-sonó el timbre que anunciaba el final del descanso y ella suspiró-Es tan divertido hacerte enojar, Rin, pero debemos volver-se pusieron de pie y se encaminaron al edificio-Trata de pensar que es bueno que Len tenga una ayuda en casa, no que tienes que competir contra alguien ¿sí?-intentó consolarla un poco pero ella ya se estaba imaginando cómo es que Lily y Len se estaban juntos bajo la ducha y no la escuchaba.
-¿Me explicas cómo haces para que se te ocurran tan buenas ideas? –rió rasgando levemente la guitarra.
-No son tan buenas…-se pasó una mano por el pelo incómodo por el halago.
-¿Cómo que no? ¡Eres un genio, Len! –lo despeinó- Vamos otra vez-acomodó los dedos en los acordes leyendo un papel que estaba sobre la cama entre ambos, ella estaba sentada al borde de la cama y su primo acostado con algunos almohadones en la espalda para que pudiera estar inclinado. La rubia comenzó a tocar y él le fue marcando  el ritmo tarareando bajo.
-¡Estoy en casa!-Rin subió las escaleras corriendo ya que no había obtenido respuesta en la planta baja. Se quedó parada en el pasillo donde estaba la puerta abierta de la habitación de su hermano.
-Ah… Hola, Rin-Le sonrió desde la cama.
-¡Ey, Rin!-la saludó con la mano su prima girándose un poco para verla ya que estaba de espaldas-¿Quieres ayudarnos? Estamos componiendo unos temas, ¡Tu hermano es el mejor para esto! Yo creo que Miku se hizo famosa gracias a…
-No-la interrumpió en seco y se dio la vuelta encaminando a su habitación. Se había puesto roja de la envidia, se suponía que Len sólo componía para ella, que se inspiraba en ella.
Los dos primos en la habitación se miraron a los ojos con una ceja en alto. Len no comprendía a qué se debía esa reacción.
-¿Estás bien, Rin?-preguntó en voz un poco más alta. Ella ya en la puerta de su cuarto se mordió el labio inferior un poco insegura por haberse comportado de esa forma-¿Quieres hablar?-. Él hubiese deseado poder estar en todas sus capacidades para ir a verla, para poder obligarla a verlo a los ojos y descubrir qué le sucedía realmente.
-Tengo deberes que hacer-. Se inventó de excusa y cerró la puerta detrás de ella. Tomó aire y se tiró en la cama boca abajo. ¿Por qué sentía tantos celos de su prima? Ella era como una versión mejorada de sí misma ¿A Len no le gustaría más ella? Tenían todo el tiempo del mundo para estar a solas y ella jamás se enteraría de lo que estarían haciendo.
Len suspiró. Casi todos sus deberes los terminaba haciendo él mismo, claramente estaba mintiéndole.
-Iré a hablar con ella-sentenció Lily poniéndose de pie con determinación. Su primo la tomó por el brazo para detenerla y negó con la cabeza-¿Por qué?-dijo frustrada-Quiero ayudarla-hizo un leve puchero.
-Déjala un rato a solas…-le sonrió para ser conciliador-¿Las mujeres no tienen esa época del mes donde…?-Su prima lo interrumpió de un golpe en la frente-¡Auch!-sosteniéndose el lugar del golpe-¿Así vas a cuidarme?-le sonrió.
Subió las escaleras en silencio arrastrando los pies. Se escuchaban risas desde la habitación de su hermano. Toda la semana había sido igual, cada vez que llegaba del instituto se los encontraba en la habitación sentados en la misma cama divirtiéndose. Era como si Len se hubiese olvidado de ella. No le mandaba mensajes durante el día, no tenían ningún momento a solas, compartía con Lily todo el día y casi toda la tarde, ella sólo salía de su habitación para bañarse y cenar con ella y su madre, se despertaba temprano por la mañana y desde ese momento se mudaba a su habitación cuando ella se iba al instituto. Sentía que cuánto más lejos estaba de él su prima iba reemplazándola de a poco. Casi no hablaba con ella, le respondía vagamente para ocultar sus celos.
Al pasar por la puerta del cuarto de su hermano solo dio un pequeño vistazo, ya sabía que sea lo que sea que estuviesen haciendo la iba a hacer reaccionar como todos esos días.
-¿Te hace cosquillas? ¡Eres débil!-reía ella.
-¡Basta! ¡Yo.. yo puedo hacerlo solo!-la risa no lo dejaba hablar bien. Trataba de apartar las manos de su prima. Ella estaba untándole una crema en el abdómen donde tenía la herida, tenía la camisa del pijama totalmente desabotonada-¡Es muy fría!-se quejó-Ya es bastante, ¡bastante!
-No seas llorón, Len ¡Esto tiene que cicatrizar bien!-volvió a pasarle la mano por la piel desnuda. Su primo levantó la vista y se encontró con la mirada de su hermana, dejó de reír inmediatamente al ver su expresión.
-Bienvenida a casa…-dijo con voz insegura sin poder descifrar su mirada. Lily frunció el ceño confundida y se dio la vuelta.
-¡Rin!-le sonrió y le mostró las manos pegajosas por la crema-¿Quieres venir a torturar a Len? Nunca lo vas a tener tan indefenso-le guiñó un ojo. La aludida la miró unos segundos y luego volvió a ver a su hermano un poco más de tiempo, como reprochándole lo que estaba haciendo. Sin decir nada se fue hacia su habitación-¿Rin…?-Lily volvió a mirar a su primo-¿Quieres que siga dejándola a solas o prefieres que vaya a hablar con ella esta vez?-inquirió indecisa-Estuvo así toda la semana… ¿No pensará que estoy demasiado tiempo contigo y nada con ella?-él negó con la cabeza-. Lo que tu digas…-se encogió de hombros- ¿Te ayudo con las vendas o puedes solo?-se las acercó-Iré a darme una ducha para sacarme esto-Le mostró las manos pegajosas y se levantó de la cama.
-Puedes ir tranquila-le sonrió pero sin prestarle atención. Tomó las vendas y su prima dejó la habitación, él comenzó a vendarse, lo había hecho solo toda la semana con un poco de ayuda pero ya había aprendido a hacerlo bien sin necesitar de nadie. No podía dejar de pensar en la mirada de reproche de su hermana ¿Estaría haciendo algo mal? Era claro para ambos que tenían que mantener una distancia mientras estuviese su prima para que no los descubriese, ella era bastante perceptiva, ambos estaban haciendo su mejor esfuerzo por no ser atrapados ¿O no?
Cuando terminó de vendarse y cerrarse la camisa tomó una desición.
-Rin…-Llamó sin querer hablar demasiado fuerte para que su prima en el baño no escuchara-Riiiin… ¿Me oyes?-volvió a intentar pero no tuvo respuesta. Suspiró y miró a su alrededor buscando la forma de comunicarse, tomó su teléfono celular de la silla que le habían dejado cerca de la cama con varias de sus cosas. La buscó en los números favoritos y tocó la tecla llamar.
Rin se había ocultado bajo la almohada para acallar sus pensamientos ¿Si ella no hubiese llegado en qué habrían terminado ellos dos? ¿Por qué otra podía tocar a Len de esa manera? ¿Cómo Len lo permitía? ¿No se daba cuenta que la mataba de celos? ¿Acaso ya no le importaba nada? ¿Se lo estaba haciendo a propósito? El teléfono vibraba en su mesa de noche prendiéndose como la única luz en la habitación, lo tomó extrañada y al ver la imagen del contacto que la llamaba se sonrojó abruptamente, en la foto estaban ella y Len abrazados. Cortó de inmediato la llamada. No quería hablar con él.
Len miró extrañado la pantalla del teléfono ¿Llamada interrumpida? Volvió a llamar. Después de un beep le dio el contestador nuevamente. ¿Estaba cortando las llamadas? Resopló molesto ¿Por qué no le atendía. Volvió a intentar y el mismo resultado. Con el ceño fruncido comenzó a escribir un mensaje, la podía ver en línea.
“¿Qué sucede, Princesa? ¿Por qué no respondes las llamadas?” Envío y esperó respuesta.
Ver el mensaje la asustó ¿Qué iba a responder? No quería admitirle su derrota a él.
“¿Ahora te acuerdas de mí?” Respondió sin pensar demasiado, sentándose en la cama con el teléfono en ambas manos esperando.
Miró extrañado esa respuesta ¿Qué quería decir eso?
“Estoy todo el día pensando en ti”. No iba a caer en ninguna trampa que podía estar pensando ella.
“¿Ah sí? No lo parecía, te estabas divirtiendo bastante”. Envió cada vez más enojada, el cinismo era la forma de expresar su dolor.
¿Eso era una escena de celos? ¿Realmente? Suspiró y trató de disipar la tormenta.
“¿De qué hablas? Realmente pienso en ti todo el tiempo ¿No quieres venir aquí? Estamos a menos de 10 metros de distancia”. Sería mucho más sencillo calmar cualquier pensamiento extraño estando cerca, sabía que su prima todavía estaría un rato en el baño, se quedaba largo rato bajo la ducha y luego haciendo vaya-a-saber-qué cosas.
Se mordió el labio inferior sin saber qué decirle, no quería estar en su habitación, no quería que la viese y descubriese todo lo que sentía.
“Como Lily no está te aburres y ahora quieres que vaya… En este instante no tengo ganas de ir para ser tu segunda opción…”
Puso los ojos en blanco leyendo la ridícula excusa.
“¿En serio, Rin?” Fue todo lo que se le ocurrió responder, hubiese preferido llamarla en voz alta en vez de seguir con ese juego tonto, pero escuchaba como la ducha se había cerrado, Lily estaba secándose el cabello y podía escucharlo. “¿Qué pasa? ¿De verdad estás haciendo una escena de celos por Lily?”.
Apoyó la cabeza en las rodillas, se había dado cuenta, ella no servía para ocultar nada, pero él quería que lo admitiese.
“¿Estás haciéndolo a propósito? Si quieres alejarme puedes decírmelo, no necesitas armar esas escenas a la hora en la que llego para que las vea.”
¿Escenas? ¿De qué estaba hablando? Le había pedido ayuda a Lily porque no quería que Rin viese su cicatriz, acababan de sacarle los puntos y sabía que Rin era alguien impresionable.
“No sé de qué hablas”. Suspiró. “Rin, no puedes tener celos de Lily, es nuestra prima ¿de verdad piensas que podría sentir algo por ella?”
Al leer el mensaje se le llenaron los ojos de lágrimas, la angustia que estaba acumulando esos días se estaba soltando. Tomó una larga bocanada de aire con un extraño nudo en la garganta.
“No lo sé. Yo soy tu hermana ¿De verdad puedes sentir algo por mí?” Dejó el teléfono caer y se abrazó a sí misma.
-No me hagas esto…-suspiró leyendo el mensaje. No lo pensó dos veces y se puso de pie con cierta dificultad haciendo muecas de dolor cada vez que sentía como tiraba la cicatriz de su abdomen. Apoyando la mano en la pared se fue ayudando para llegar al pasillo y a la puerta de su hermana. Tomó el pomo para abrirla.
-¿Qué haces, Len?-la voz alarmada de su prima saliendo de la puerta de al lado envuelta en una toalla que sostenía con una mano-¿Buscabas algo? Deberías llamarme, tienes que estar en cama…-Lo tomó de la mano tirando de él-Yo puedo buscar lo que necesites, te ayudaré a acostarte…
-Lily, no…-con el tirón de su mano y el poco equilibrio que tenía por haberse soltado de la pared para abrir la puerta trastabilló, su prima quiso agarrarlo antes de que se cayera pero lo único que logró fue hacer que Len se cayera de lleno encima suyo tirándola a ella al suelo también.
-¡Leen!-gritó en la caída.
Rin levantó la cabeza mirando la puerta de su habitación en penumbras. ¿Qué había pasado? Se levantó y fue hasta la puerta para abrirla. Se quedó helada al ver la escena. Se encontraban los dos en el piso, Lily semi envuelta en una toalla que ya ni la tapaba y Len estaba recostado sobre ella apoyada en su hombro con una mano en su cintura. Él levantó la mirada hacia ella.
-Rin… No…-Le suplicó con la mirada que no sacara cualquier conclusión de aqullo.

-Se terminó-le dijo fría y cerró la puerta de un golpe.

5 de junio de 2015

Adolescence Rin x Len OVA 2 parte 6

Presionó la almohada sobre su rostro como para sofocar sus pensamientos. Tener que permanecer en reposo sin muchas distracciones tenía como punto en contra que le dejaba demasiado tiempo para reflexionar. Los recuerdos de esa misma tarde antes de que su prima llegara para interrumpirlos lo atormentaban. ¿Qué había hecho? Había dicho algo que no podía cumplir. Las palabras de Rin lo sonrojaban cuando las repasaba en su mente y lo hacían sentir incómodo en sus partes bajas ¿Era un monstruo al sentir deseo por su hermana gemela? La peor parte es que no podía dejar de imaginar cómo pasaría todo. Necesitaba una ducha de agua fría pero no tenía permiso para moverse de esa cama ni excusa para pedir que a esa hora de la noche lo ayudaran a llegar al baño cuando se había bañado con ayuda de una enfermera en el hospital esa mañana. La idea del agua fría relajando el calor de su cuerpo parecía la única solución. Se maldijo para sus adentros.
Rin lo había besado de esa forma tan particular y le había dicho eso. Pero no era una cosa para tomarse en broma, él no podía dejar de sentirse débil al haber cedido pero había sido imposible no reaccionar de esa forma cuando se había comportado tan inocente y tierna. Tenía que pensar un plan b… El estar incapacitado le daba una ventaja de tiempo, pero ¿Qué pasaría cuando no tuviese ninguna dificultad para caminar, moverse o…?
Volvió a presionar la almohada sobre su rostro con rabia.
No se trataba de que no la deseara como tontamente había supuesto ella. Era tanto más complejo como todo lo que les estaba pasando. Él solía resolver todos sus problemas por sí mismo pero en ese momento le hubiese gustado poder pedirle consejo a alguien pero la idea de formular una pregunta siquiera lo avergonzaba y lo hacía sentir un monstruo pervertido.
Quería gritar de impotencia ante una situación que no sabía manejar y que le estaba volviendo loco. Pero sólo la idea, el atisbo de una idea, una pequeña fantasía en la que Rin, tan bella y delicada algo agitada, comenzara a sacarse despacio su remera del instituto y empezaran a delinearse sus hombros de piel clara y suave le alcanzaba para generar una hemorragia nasal.
“Basta… Necesito una ducha de agua fría… Urgente”. Tomó una resolución, si seguía pensando en esas cosas no iba a poder dormirse ni en un mes. Se quitó el almohadón del rostro y lo dejó con furia a un lado de la cama. Si no hacía ruido y no lo veían nadie se preocuparía por verlo fuera de la cama. Se irguió un poco y el dolor en el abdomen lo acusó. Tomó aire y se sentó en la cama frunciendo el ceño a punto de destaparse para salir de la cama cuando la puerta de su habitación se abrió de golpe.
-… berías tocar…-Rin le estaba reprochando a su prima mientras ambas ponían un pie en el cuarto casi compitiendo por quién entraba primero cuando se quedaron viendo a Len en su mueca y su pose.
-¡Len! –dijeron al unísono en tono de reproche.
Él levantó la vista no pudiendo creer que tuviese tanta mala suerte ¿Qué excusa iba a inventar?
-…Hola…-no sabía qué decir.
-Len, no puedes moverte sab…-Rin estaba acercándose hacia él cuando su prima le pasó por delante corriendo.
-¿Necesitas algo, Len? ¿Estás incómodo? ¿Una almohada más? ¿Se te acabó el agua? –llegó a su lado y le puso una mano en la espalda para darle apoyo y que no tuviera que sostener su propio peso en la herida, instándolo con el gesto a volver a acostarse.
-Sí... ¿Qué pasa?-Rin sonó ruda acercándose a él, no podía tolerar que le ganaran en algo así. Ella debía cuidarlo. Él la miró extrañado al oír su tono de voz.
-Yo solo… quería más agua sí-Tomó esa excusa como la mejor. Rin abrió la boca para responder pero su prima se le adelantó de nuevo.
-¡Estamos aquí al lado puedes llamarnos en un segundo!-lo tapó mejor con las sábanas-Vine especialmente para cuidarte, no te preocupes por molestarme, estoy para eso-le sonrió ampliamente y miró a la otra chica una vez que él estuvo de nuevo acostado por completo-¿Le traerás un vaso con agua, Rin?
La aludida por poco echaba humo por la cabeza. ¿No estaba tan dispuesta a ayudar? Que fuera ella.
-Sí, ya mismo-dijo con falsa cortesía y se dio vuelta para dirigirse a la cocina escaleras abajo. Odiaba la idea de dejarlos a solas.
-¿Pasó algo entre ustedes?-Le preguntó Len a su prima cuando su hermana abandonó la habitación con pasos ruidosos-Es raro que actúe así…-pensó para sus adentros si no se debía a la conversación que había tenido con ella. Lily se encogió de hombros.
-Saqué el tema de Kaiko y se puso así… Debe ser porque te comportaste como un hermano demonio y recordó lo que hiciste-él frunció el ceño, no creía que se debiera a eso su humor.
-Espero que no esté así mañana-suspiró y decidió cambiar de tema-. Ya puedes soltarme, Lily, no me escaparé a ningún lado-le sonrió para tranquilizarla-. No quería despertar a nadie y decidí ir yo mismo por algo de agua…


-¿Pensabas bajar y subir todas las escaleras tu solo con un vaso de agua en la mano?- enarcó una ceja- No fue la idea más brillante que se te podría haber ocurrido-lo soltó y volvió a enderezarse ya que se había inclinado para ayudarlo. Se estiró un poco haciendo tronar los dedos de la mano y la espalda-. El viaje me destruyó la espalda-comentó por lo bajo-. Len, no te preocupes, de verdad, voy a estar estos quince días totalmente dispuesta a ayudarte, espero que te acostumbres-Lo despeinó un poco.
La menor entró a la habitación y colocó el vaso de agua con fuerza en la mesa baja que Len tenía al lado de la cama haciendo que un poco del líquido se saliera del vaso.
-Buenas noches-dijo cortante hacia él y luego miró con una sonrisa algo forzada a su prima-. Es mejor que nos vayamos a acostar juntas, así no debo dejar la luz prendida del cuarto-dio media vuelta sin decir más nada y volvió a desaparecer de la vista de ambos.
Len se rascó la cabeza pensando y se encogió de hombros.
-Espero realmente que se ponga de mejor humor…-Le dijo como deseándole suerte a su prima.
-Yo también, que esté con el ceño fruncido le hará salir arrugas muy joven-rió-. Buenas noches, Len, cualquier cosa que te haga falta puedes mandarme un mensaje, tendré el teléfono prendido por si me necesitas-le guiñó un ojo y salió de su habitación para ir hacia la de su otra pariente que ya estaba acostada y tapada hasta la cabeza dándole la espalda.

18 de mayo de 2015

Adolescence Rin x Len OVA 2 parte 5

Si! no estoy muerta!!!!!
Acá les dejo el capitulo que seguro ya nadie espera! jajajaja


-¡Hola, primos! ¿No van a saludarme?-En el umbral de la habitación estaba de pie una joven esbelta de largo cabello rubio-¿Me extrañaron tanto que tienen esa cara?
-…Lily…-dijeron al unísono descolocados ante la imagen.
Len fue el primero en reaccionar intentando sonreír para que todo pareciese una situación completamente normal.
-Lily...¡Bienvenida! ¿Qué.... qué haces aquí?-le preguntó intentando sonar menos desconcertado de lo que estaba.
-¿No es obvio?-se acercó dejando el bolso al lado de la puerta-¡Mi hermoso primo Len tuvo un accidente! ¿Cómo no iba a venir a verlo?-se inclinó hacia él en la cama obviando a la chica en el suelo para abrazarlo y besarlo varias veces en ambas mejillas.
-¡Ten cuidado, Lily!-protestó su hermana poniéndose de pie, una parte por celos y en mayor medida porque lo estaba moviendo demasiado-Debe mantenerse quieto...
-¡Rin!-dijo ella efusiva-¡También hay para tí!-sonrió dejándolo caer a Len en la cama de nuevo para abrazarla a ella mucho más fuerte.
-¿Cómo han estado?-les sonrió-Bueno... Además de internado...-rió un poco nerviosa.
-¿Cómo llegaste hasta aquí?-preguntó la menor sin entender todavía.
-”¿Cómo?” Tía Meiko me fue a buscar al aeropuerto... No pude venir antes porque estaba en período de exámenes pero me preocupé mucho por mi primo bonito...-lo tomó de un cachete y tiró de él.
-Estoy en casa...-dijo su madre mientras subía las escaleras y entraba a la habitación-Ah... Ya la vieron...-sonrió y la mirada de Rin fue suficiente-Ella dijo que quería que fuese sorpresa, por eso no dije nada-se encogió de hombros-Querida, ayúdame a llevar los bolsos de Lily a tu cuarto, dormirá contigo...
-Pero...-protestó algo ruborizada ya que aún le quedaba el recuerdo patente de lo que su prima acababa de interrumpir.
-”Pero” Nada, Rin, ven ya mismo, tu prima ha tenido un viaje muy largo...-la rubia la miró con cara de “no parece muy cansada que digamos” pero no dijo más nada  bajando las escaleras con su madre. La idea de tener que dormir con ella tampoco le agradaba, no podría escaparse a la cama de Len para dormir abrazada a él.
Cuando madre e hija dejaron la habitación Lily se sentó en el borde de la cama y lo miró con una sonrisa cansada.
-Mi pobre Len...-suspiró acariciando su frente-Sí que me preocupé cuando escuché la noticia, eres un idiota-lo reprendió-¿Quién te manda a meterte en semejante lío?
-Lily...-le sonrió él más tranquilo-Iba a defender a Rin costase lo que costase...
-No seas estúpido-lo regañó-¿Qué hubiera pasado si...?
-No pasó...-la atajó antes de que pudiera terminar la frase-Estoy bien, Lily, ya pasó todo... No hace falta que se preocupen más de la cuenta...
-Sí, pero ahora me toca cuidarte y mimarte!-sonrió abrazándolo de nuevo.
-¿Cuánto vas a quedarte?-le preguntó intentando no sonar descortés.
-Unos quince días... Así que más les vale aprovecharme este poco tiempo...-sonrió ampliamente-Hablando de poco tiempo...-sonrió de forma felina-Ese amigo tuyo, el alto ¿Gack?
-Gakupo...
-Sí! Ese! ¿Se pasará por aquí o lo tendré que ir a buscar?
-No-negó con la cabeza conteniendo un poco la risa-Olvídalo, está atado a alguie ahora-le sonrió divertido viendo su puchero. Sería una semana larga pero eso no quería decir que no disfrutaría la compañía de su prima.


--------------------------


Rin estaba abstraída en sus pensamientos mientras acomodaban la habitación para las dos, ya habían cenado las tres mujeres en la mesa con la charla incensante de su prima sobre el viaje.
Estaba quitándose las hebillas del pelo para ya irse a dormir pensando si podría escaparse a la habitación de su hermano en medio de la noche, al menos quería darle un beso de "dulces sueños" o algo... Su conversación había sido interrumpida.


-¿Rin?-sacudió su mano frente a ella mirándola preocupada-¿Me oyes?-la sacudió un poco por el hombro.
-Sí...-le dijo solo para que la soltara y su prima se dejó caer en el colchón que le habían puesto en el suelo.
-Estás como distraída...-comentó poniéndose boca abajo moviendo los pies y mirándola fijo a los ojos-¿Qué sucedió con ese chico...? ¿Cómo es que se llama? ¡los nombres me cuestan tanto!-protestó intentando sacarle un tema de conversación.
-¿Qué chico?-la miró confundida completamente.
-Ese... Con el que estabas saliendo... ¿Kaiko? ¿Tato? Uno que era mayor que tu...-intentó explicarle.
-¿Kaito?-le preguntó con una ceja en alto-Ese es tema viejo...-le sonrió.
-¡¿Por?!-la observó con los ojos abiertos- ¡¡¿Qué pasó?!!
-Len pasó-le dijo riendo sin decir cuánto Len pasó.
-Ah... se salió con las suyas...-frunció el ceño-él me dijo que no lo soportaba pero a mi me parecía tan lindo...
-Espera... ¿Hablaste con Len sobre Kaito?-al parecer había cosas de las que no se había enterado.
-Sí, por supuesto... Aunque me evitara el tema seguido-le sonrio-. Me suelo mandar emails con él y yo le pregunté por tu novio... Me decía que era un pervertido...
Ella suspiró, podría decirse que sí, pensó.
-Len tenía sus ideas contra él… -¿así que entre su hermano y ella se hablaban seguido?- ¿Te contó algo más sobre lo que pasó?
-No hablamos hace algún tiempo de cosas importantes… Lo último que me mandó fue la corrección de un tema que estaba componiendo ¡Quedó fabuloso! –le dijo entusiasmada ignorando por completo la expresión de sorpresa de su prima.
-¿Él corrigió un tema que habías compuesto? –intentó recomponer su rostro de los crecientes celos que sin querer estaba comenzando a sentir.
-No –negó con una sonrisa girando en el futón que le habían armado en el suelo para mirarla desde abajo- A él se le ocurrió una buena idea con unos acordes que le había enviado, escribió una letra fascinante y le hizo algunos arreglos a mi tema inicial –rió por lo bajo- La verdad es que el resultado final es casi toda producción suya pero me permitió quedarme con el crédito… Traje la guitarra esperando conseguir nuevos resultados, espero que se me pegue su capacidad para componer, le estoy muy agradecida… -sonrió humildemente mientras se ponía un pijama que había traído en su valija.
De espaldas a Rin mientras se cambiaba no pudo ver que ella fruncía el ceño con los celos que no podía contener. Fijó la mirada en su prima, dos años mayor que ella, tenía una figura totalmente desarrollada, podía ver su piel mientras se cambiaba y la insinuación de sus curvas. El cabello rubio lacio largo hasta la cintura, sabía que era más alta que ella y tenía unas piernas largas torneadas por los entrenamientos, era una buena bailarina. De repente, sin darse cuenta descubrió que tenía a una de sus peores rivales en su misma casa.
Cuando terminó de cambiarse se puso de pie sonriendo ampliamente. Rin no pudo dejar de notar que su prima llamaba “pijama” a un top negro que apenas tapaba sus pechos y a un short extra corto del mismo color.
-Voy a desearle buenas noches a mi pobre Len-dijo sin malicia corriendo su larga cabellera hacia un lado. La menor no pudo evitar ver sus insignificantes curvas todavía de “niña” compradas con las de su pariente. La palabra “mi” le provocó una oleada de competitividad en la sangre. Se sonrojó poniéndose de pie también con la camiseta de su hermano que aún llevaba puesta pero que ahora se le antojaba poco deslumbrante. Lily la observó con una ceja levantada, sin saber qué la había hecho saltar de esa manera.
-Yo… -se quedó muda sin saber qué iba a decir- Yo también voy a saludarlo…-apartó la vista sabiendo que no tenía realmente una excusa.
-Qué buena hermana eres-rió y fue hacia la puerta-No conozco hermanos más unidos que ustedes, normalmente se pelean las 24 horas, o a lo sumo no se toman tantas molestias –se encongió de hombros-, igualmente te notó algo extraña, Rin… -dejó la frase en el aire y salió por la puerta seguida por su prima.

18 de febrero de 2014

Incluso los lunes...

Hola!
Me da incluso verguenza aparecerme como si nada por acá, sé que estuve ausente por mucho tiempo y ninguna excusa es válida pero me gusta tratar de explicar.
La gente crece, a veces demasiado rápido. Yo creo que siempre tuve muchas responsabilidades encima, me considero una persona madura en ese sentido. En este último tiempo pasaron muchas cosas: terminé el secundario (que me requirió cierto esfuerzo por la exigencia del mismo), empecé a trabajar, mis tíos (casi como mis padres) se separaron después de 16 años juntos (que es casi mi vida), yo terminé una relación (o como se pueda llamar) por algo que me estaba haciendo daño, empecé la universidad (esforzándome por conseguir las mejores notas posibles), estuve dedicándole mucho tiempo a mis hermanos pequeños, me quedé sin computadora por un tiempo laaargo valiéndome sólo de mi celular para entrar a internet, traté de seguir cocinando para conseguir un ingreso extra y además apareció una persona demasiado importante en mi vida. Con todo sentí que este último tiempo estuve corriendo de un lado a otro, pasando los ratos libres acompañada con gente y cuando estaba sola no tenía demasiada inspiración para escribir porque estaba o mentalmente cansada o con ganas de hacer otra cosa: ver una serie, leer un libro... 

Tengo la teoría de que para poder escribir necesito tiempo y alguna presión sobre mí..  Parece irónico que cuando tengo que estudiar o presentar un trabajo tengo más ganas de escribir, tengo cientos de ideas y cuando tengo el lapiz y el papel a un costado no puedo ni escribir mi nombre. Será cuestión de adaptarme a los nuevos ritmos que tengo, hoy sí estaba inspirada y escribí un poco. Supongo que para la decepción de algunos, me disculpo, no avancé en ninguno de mis fanfics; tengo varios proyectos personales que también habían quedado en stand-by. Si ayuda de algo, para que no pierdan las esperanzas, si no las perdieron ya, hace unas semanas releí todo lo que tenía pendiente de actualización, no pude escribir porque estuve preparando un examen que tuve hoy mismo.
No crean que me olvidé de ustedes, no crean que dejé el amor por la escritura. Simplemente mi vida es un desorden, la trato de acomodar día a día para poder cumplir con las cosas que se me presentan urgentes, pero estoy intentando volver al ritmo frenético de antes, en el que me terminaba doliendo la mano de tanto escribir. No creo que me de el tiempo para eso pero por lo menos no abondono mis hobbies.


Voy a dejar una de las últimas cosas que escribí porque creo que es una buena catarsis y demuestra una porción (aunque muuuy escueta) de lo que es mi día a día.
Perdón de nuevo por las largas esperas, no pretendo excusarne porque sé que tuve tiempo pero no la cabeza para escribir demasiado. La disculpa también va dirigida a mi misma, ya que deje de lado por mucho tiempo una de las cosas que más adoro.


Incluso los lunes...

Un sonido molesto que pretende ser una melodía pacífica va penetrando en tus sentidos, haciendo que tomes conciencia de lo que está a tu alrededor. Te removés un poco sobre lo que tenés debajo y te sirve de almohada que, sin ser suave como una, preferís mil veces más. La melodía no frena y, en cambio, aumenta su volumen. Por tu mente pasan decenas de preguntas, es claro que no te estás esforzando en terminar con el letargo. “Soy Melina, estaba dormida, lo que suena es el despertador, esta es la cama de Dani…” Toda la información no tarda más de unos microsegundos en llegar a tu cabeza. En seguida fruncís la nariz  pensando que es demasiado temprano, que te acostaste demasiado tarde y que querés seguir durmiendo. Pero el sonido del despertador predeterminado de tu teléfono celular sigue sonando y es imposible seguir ignorándolo. Hacés un intento, aunque sabés que vas a fracasar, y sacudís un poco el cuerpo bajo el tuyo, apoyás la cabeza adormecida en el pecho, ese que te sirvió de almohada, que sube y baja lentamente con la respiración del sueño profundo; incluso lo escuchás roncar un poco y te preguntás cómo puede seguir durmiendo con el sonido del despertador; volvés a sacudir un poco su brazo esperando como respuesta que apague la alarma pero es imposible, ya sabías que no se iba a despertar así. Suspirás un poco, resignada y te estirás como podés sobre él, que duerme boca arriba en la cama que es demasiado chica para dos personas tan altas. Él no te suelta, te mantiene abrazada con uno de sus brazos como hizo toda la noche, sin dejarte sola, manteniéndote cerca, protegiéndote incluso de tus propias pesadillas. Amás ese detalle aunque ahora te esté dificultando la tarea de apagar el maldito despertador cuya melodía volvió a empezar y sigue aumentando de volumen. Con un último esfuerzo conseguís hacerte con el teléfono que parecía a propósito dejado en la esquina más alejada de la pequeña mesa cargada de mangas y la PlayStation. Lográs apagar la melodía ya casi sentada en la cama a su lado y se te ocurre la tentativa idea de volverte a dormir, de acomodarte de nuevo apoyando la cabeza en su pecho, dejándote abrazar descansado una mano en su costado, sumándote a la respiración pausada… Pero sabés cómo funciona, es lunes y hay que ir a trabajar, sabés que es casi tu deber despertarlo a él. Sonreís con cierta decepción por no poder volver al mundo de los sueños y te inclinás sobre él para observar cómo duerme plácidamente antes de tener que interrumpirlo. Notás qué tan relajado está y la sonrisa se te ensancha un poco más, te gusta. Dejás un beso en la punta de su nariz, otros dos en cada una de sus mejillas, en su frente, en la comisura de sus labios… Él frunce el ceño en sueños y se remueve un poco. Reís un poco y seguís molestándolo con besos suaves en la oreja, los labios, los párpados hasta que él abre los ojos molesto abandonando de una vez la somnolencia y vuelve a ablandarse su expresión; y también sonreís, sonreís contenta mirándolo a  los ojos que tanto adorás y vuelven a saludarte. “Holi” susurrás despacio y él te responde con un beso cálido que significa “buenos días”, que significa “estoy feliz”, significa “te quiero”. El beso termina en un abrazo y volvés a estar acomodada junto a él, respirando en roce con su cuello y volvés a sentir su respiración lenta y sabés que va a volver a dormirse. “No, es lunes, hay que ir a trabajar” insistís con un beso en su cuello. Reconocés un segundo de duda en él, también está evaluando la posibilidad de continuar durmiendo, algo que ya hiciste un minuto atrás por tu cuenta, te removés para animarlo a levantarse y él suspira y lo hace. Te quedás acostada en la cama y él te acomoda un poco el pelo mientras sonríe, resignado se va al baño cerrando la puerta despacio.
En ese momento cerrás los ojos y pensás en qué insulsa es la almohada porque lo preferís a él, en que hace un poco de frío estando destapada, en que está tardando un poco más de lo normal en el baño. Lo siguiente de lo que sos consciente es que te está llamando de forma suave y te sentás en la cama sobresaltada porque sabés que te quedaste dormida. Él se ríe y te deja un beso en la frente con cariño, ya está duchado, con los dientes limpios, afeitado y cambiado. “Hermosa” te dice y te hace sonrojar, sabés que no es verdad: estás despeinada, con el maquillaje que no te sacaste a la noche corrido, las lagañas en los ojos y tenés las marcas de la tela de la almohada en una de las mejillas, pero él te lo dice siempre y te asegura que no te miente. Se quedan viendo unos segundos hasta que él reacciona primero y te recuerda que es lunes. Tomás tu neceser del armario lleno de ropa masculina y vas a prepararte lo más rápido que el sueño te lo permite.
Cuando volvés a la habitación él no está, te cambiás doblando la ropa que él te prestó para dormir y recién cuando te estás poniendo los zapatos él aparece haciendo malabares con dos tazas de café con leche y un plato con dos porciones de torta. Lo ayudás a dejar las cosas cobre el escritorio y él suspira. “Tendríamos que salir ya” dice resignado sentándose en la silla para tomar su taza y alcanzarte la tuya, ambos ríen un poco, siempre se puede correr más rápido si es por pasar el desayuno juntos. Porque son esos pequeños detalles los que más se aprecian, por los que estás segura de poder afirmar “Para siempre”.
Incluso en las mañanas de un lunes él es capaz de alegrarte la vida.

Neko