Adolescence Rin x Len, Parte 12

Meiko abrió la puerta de la casa suspirando. Había tenido un día insoportable, se quitó los zapatos que la estaban matando.

-¡Estoy en casa! –dejó las llaves en la repisa de la entrada y se extrañó al no obtener ninguna respuesta.

Dejó el bolso sobre el sillón y subió las escaleras intentando no preocuparse antes de tiempo. Una vez en el primer piso reconoció a su hijo, pero se asustó al verlo en una posición tan extraña al lado de la puerta de su hermana. Cuando se acercó se dio cuenta que estaba dormido.

-¿Len, cariño? –lo sacudió levemente y él abrió los ojos sorprendido sin entender- Soy yo –él recordó dónde estaba y se incorporó haciendo una mueca- ¿Hace cuánto que estás en esa posición? Debe dolerte… ¿Por qué demonios tienes las uñas pintadas? –él no le prestó atención y tocó la puerta.

-Rin… -suplicó otra vez- ¿Cuánto tiempo vas a estar ahí sin responderme? –suspiró al no obtener respuesta, sentía que iba a morir si ella no volvía a hablarle- Por favor, Rin… Por favor… -se escuchó un ruido del otro lado y la puerta se abrió. Su hermana le sonreía. Él la abrazó aliviado- Me habías asustado…

-Hola, má –sonrió y lo apartó- ¿Por qué te pones así? –dijo como si no hubiera sucedido nada- ¡Mira lo que encontré! –le mostró un pendiente con forma de banana, ella se lo había regalado a modo de burla cuando él se había perforado la oreja por primera vez- te lo había quitado una vez que estaba enojada. Te lo devuelvo…

-¿Rin? –tomó el pendiente sin entender- ¿Qué..?

-¿Que qué? –inquirió de forma inocente.

-Nada –frunció el ceño-. Creí que estabas enfadada conmigo…

-Falsa alarma –su madre lo palmeó en la espalda y se encaminó a su habitación-. Voy a tomar un baño ¿Te encargas de la cena, Len?

-Supongo… -todavía no terminaba de entender.

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Abrió el horno, la carne todavía necesitaba tiempo. Apagó el fuego de la salsa y metió las papas en el microondas. Suspiró limpiándose las manos con el repasador, miró a Rin por el pasaplatos: estaba sentada en el sillón con los pies sobre la mesa mirando un programa de música, al parecer estaban pasando un video de Miku. Estaba vestida de entre casa con un short negro, medias a rayas amarillas y blancas hasta las rodillas y una remera blanca de algodón.

-¿Qué miras? –preguntó ella al cabo de un minuto, Len pestañó no se había dado cuenta que había estado mirándola demasiado fijo.

-Nada… -Se estiró poniendo una mueca, le dolía la espalda por haber estado en una mala posición por tanto tiempo- Rin, ¿Por qué..?

-¿Te duele la espalda? –se levantó del sillón apagando la televisión- ¿Quieres que te haga un masaje? –entró en la cocina.

-Si quieres… -no entendía por qué ella cambiaba de tema.

-Vas a tener que sentarte –dijo algo molesta-. No puedo hacerlo cómoda si eres más alto… -él se sentó en el sillón y ella comenzó a masajear sus hombros.

-Rin… ¿Qué te suce...?

-¿Viste? Ya pasan el nuevo video de Miku por la televisión… -él frunció el ceño.

-¿Por qué cambias de tema?

-¿De qué estás hablando? –se dio vuelta para poder mirarla a los ojos.

-No hagas como si no supieras que estás cambiando de tema…

-¿Cuál es el tema que estoy cambiando? –se cruzó de brazos ofendida. Su madre estaba bajando las escaleras. Él resopló, no iba a hablarlo delante de ella.

-Tú sabes qué –se levantó y fue hacia la cocina para sacar la carne del horno-. Pongan la mesa…

Este capítulo es muy corto pero el que viene es marguísimo y el final de la historia...