Era la hora del almuerzo, Len salió del aula detrás de Miku y fue a buscar a su hermana. No estaba en su aula. Bajó hasta el patio la divisó a lo lejos y se acercó saludándola con la mano pero ella no lo vio. Rin estaba sentada apoyada contra un árbol hablando con un chico alto. Len se detuvo en seco al reconocer a Hiyama Kiyoteru. Bufó, no iba a interrumpirlos, se estaban riendo de algo. Él no podía creer que estuviera pasando eso ¿si ahora Rin comenzaba a salir con su supuesto amigo? Caminó en dirección opuesta dispuesto a almorzar solo cuando una piedra cayó sobre sus pies. Levantó la mirada buscando al que la había lanzado furioso. Sentado bajo un árbol Gakupo le sonrió.
-¿Vienes?
Len se sentó a su lado, se sentía realmente bajo comparado con su amigo. Lo miró a los misteriosos ojos violetas con una ceja levantada.
-¿No vas a almorzar con Luka-sempai ahora? –en su tono había algo de molestia.
-¿Vas a enojarte porque no te dije nada? Lo suponías, Len…
-No –mordió su sándwich con furia-, no estoy molesto por eso…
-No almuerzo con ella porque dijo que quería estar con sus amigas hoy para contarles la noticia –le ofreció su lata de refresco- ¿Qué te sucede a ti?
-Nada importante…
-Como quieras… -tragó- ¿Pasó algo entre tu hermana y Kaito-kun? Esta mañana él parecía un zoombie.
-Terminaron –dijo enojado viendo como hablaban a lo lejos Rin y Kiyoteru.
-Wow –se sorprendió- ¿Eso te enoja? Creí que te pondrías un poco más alegre… ¿Él no te caía mal?
-Sí, lo sé… Pero ¿es que apenas Rin está libre de nuevo ya hay alguien detrás de ella? ¿Es que no pueden controlarse? –Gakupo rió.
-Ya entiendo de qué va la cosa –Len lo codeó-. ¿Qué esperabas, Len? Tu hermana es muy linda…
Él lo miró bruscamente y Gakupo rió de nuevo.
-Te lo digo como alguien comprometido –Len suspiró-. Vamos, Len, no puedes evitar que los chicos se le acerquen…
-¿Quieres verme intentándolo? –quiso pararse pero su amigo lo retuvo riendo.
-Me refería a que no debías –él lo miró molesto-. Rin ya se está convirtiendo en una mujer, no puedes comportarte como su hermano celoso y sobreprotector toda la vida…
-Si eso logró que Kaito se alejara de ella lo seguiré haciendo –se metió el último pedazo de su sándwich en la boca.
-¿Así que tuviste algo que ver? –rió- Lo que te trato de decir, Len, es que debes dejarla a Rin vivir su vida, experimentar un poco. Ustedes dos viven en una especie de burbuja y ella no salía de ti. No puedo decir lo mismo de ti, Len, tu tuviste una época en la que…
-No lo menciones –Rin caminaba hacia ellos ahora-, tuve un problema reciente por culpa de ello…
-Pero sabes a lo que me refiero… Tú experimentaste el mundo por tu cuenta y Rin no se metió en tu camino. Déjala a ella hacer lo mismo –Len levantó una ceja incrédulo.
-¿Qué la deje hacer lo que yo hice? –rió con sarcasmo- ¿Es una broma?
-No exactamente –suspiró-, me refería que la dejes salir de la burbuja en la que están ustedes dos… -Rin los saludó con la mano y se sentó con ellos, recostándose en las piernas de Len-. Hola, Rin ¿Entendiste lo que traté de decirte?
-Hola –sonrió ella sacando su comida.
-Algo así –suspiró- ¿Qué quería Kiyoteru? –Gakupo lo miró incrédulo y bufó.
-Nada –rió-, sólo estábamos hablando y me contó por qué ayer no fueron a tenis por la tarde ¿se pelearon? Cuando te nombré se puso un poco nervioso…
-Olvídate de eso, sólo me enojé con él por una cosa…
-¿Qué cosa, Len? –preguntó de forma inocente.
-Eso, Len ¿Por qué cosa? –se burló Gakupo adivinando la razón.
-Nada importante –le dirigió a su amigo una mirada significativa.
-Nunca me cuentas nada –se quejó su hermana. Gakupo esbozó una media sonrisa-. Hablé con Teto –suspiró-. Ahora está más insoportable que antes ¡Alabada sea Miku!
-¿Qué hizo ella? –dijo suponiendo la respuesta.
-Se la llevó y la trató de consolar –le clavó el codo en una pierna.
-¿Y eso por qué? –se frotó donde lo había golpeado.
-Eres un monstruo…
-Ella es muy exagerada, no es mi culpa que…
-Ahora entiendo a qué te referías –rió Gakupo.
-La cuestión es que vas a tener que hacerle una escultura de oro sólido a Miku, fue la única que logró callarla ¡No te imaginas como estaba! Agradezco que haya llegado hoy de Tokyo si no ya me habría vuelto loca.
-Hablando de todo un poco –intervino Gakupo-, Len, me enteré que Akita Neru está interesada en ti… ¿Qué opinas? –Len casi escupe el refresco que estaba bebiendo. A Rin se le iluminó el rostro y se enderezó.
-¿Es Akita Neru? –preguntó con los ojos brillantes- ¿Es ella la Chica Misteriosa?
-No, no y no –tartamudeó, Gakupo rió y se levantó-, no sé cómo te enteras de esas cosas pero…
-Tranquilo le haré entender que debe ir olvidándose de tu atención –lo miró a los ojos- ¿Una “Chica Misteriosa”? –inquirió y Len se sonrojó- Hay cosas que no hablamos todavía –sonrió-. Voy a ver si puedo pasar unos minutos con Luka…
-¡Ah! ¡Felicitaciones por eso, Gakupo! –le sonrió. Len en cambio se sonrojó aún más bajo la mirada de su amigo. Odiaba que tuviera la capacidad de entender cosas como las que a él le pasaban con sólo hablar unos minutos. Se despidió con la mano y Gakupo se retiró.
El último timbre al fin, suspiró. Miku lo golpeó en la cabeza.
-Despiértate, bella durmiente –Len se frotó dónde había recibido el golpe, ella era más fuerte que su hermana.
-¿Quieres que te contrate como despertador? Serías bastante efectiva –tomó su mochila.
-Tengo muchas cosas que hacer para andar cuidando de ti –con una mano corrió su pelo hacia atrás haciéndose la interesante-. No me hagas tener que volver a consolar a otra de tus víctimas, Len. Creí que ya habías superado eso –él suspiró- creí que te había corregido.
-Ayer no estaba muy consciente de lo que hacía…
-Rin me contó que te comportaste como un idiota –suspiró-. Madura un poco, Len…
-¡Hey! –protestó un poco molesto- La que debería madurar…
-De todas formas te felicito –rió-, lograste vencer a Kaito –lo despeinó y salió del aula.
Len se tomó su tiempo antes de seguirla, bostezo, estaba muy cansado. Miró por la ventana cómo se iba la gente. Divisó a Gakupo yendo de la mano de Luka-sempai y sonrió. Más lejos estaba Rin, era fácil reconocer su cabello rubio, pero frunció el ceño y comenzó a correr fuera del edificio cuando se dio cuenta que estaba con el estúpido de Kaito. No se detuvo luego de bajar los dos pisos y se acercó a ellos de forma algo agresiva. Rin estaba de espaldas a él.
-No puedo perdonarte luego de lo que dijiste de mi hermano –él sonrió.
-Pero si es cierto –lo miró por sobre el hombro de ella- ¿No es verdad, Len-kun? –su hermana se dio vuelta sorprendida. Kaito tomó la mano de Rin- ¿No quieres perdonarme?
Len tiró de su hermana hacia sí y ella lo abrazó algo asustada.
-No la toques –dijo secamente él-, a menos que…
-¿A menos que qué, Len-kun? –se burló con la mirada- Vamos ¿No te avergüenzas de estar enamorado de tu propia hermana? –él apretó los puños y se inclinó hacia él furioso pero Rin colocó una mano en su hombro para retenerlo.
-Kaito, vete ¿quieres? –suplicó con la mirada- No voy a volver contigo, no insistas…
-¿Lo dices porque está tu admirador secreto aquí? –sonrió con malicia. Len apretó los dientes y trató de apartar a su hermana del medio, pero ella se aferraba a él.
-Apártate, Rin… -dijo sin mirarla, intentó dar un paso hacia él.
-Len, por favor… -suplicaba a punto del llanto- No hagas algo estúpido…
-¿Es que tú también estás enamorada de él? –rió- Vamos, Len-kun, quizás debas escucharla, no quiere que termines herido…
Él empujó a su hermana hacia un costado y ella comenzó a llorar.
-¡No lo hagas, Len! –su hermano no la escuchaba, preparó el puño, listo para pelear. Alguien lo frenó, poniendo una mano en su hombro. Len levantó la vista molesto.
-¿Sucede algo, Kaito? –Gakupo lo miró de forma amedrentadora desde su altura. Él se encogió de hombros echó una última mirada a los gemelos y se marchó- ¿Qué demonios pensabas hacer,
Len? –de forma brusca él se quitó la mano de su amigo- Sabes que es mayor y más alto que tú…
-Sólo déjame en paz –dijo preso de la furia. Rin se acercó a él y lo abofeteó con toda su fuerza.
-¡¿Eres idiota o qué?! –su hermano la miró molesto pero no respondió- ¡¿Qué sucedía si te pasaba algo?! ¡Podía haberte hecho daño de verdad! ¡Y todo por mi culpa! –con una mano se trataba de secar las lágrimas y con la otra se abrazaba a sí misma.
-Trata usar un poco la cabeza, Len –suspiró Gakupo y se alejó guiñándole un ojo.
-Rin, yo… -se acercó pero ella lo empujó.
-¡Eres un idiota! –sollozó- Creí que te iba a pasar algo…
-Lo siento… -suspiró- No podía dejar que él…
-¡No debías escucharlo! –comenzó a caminar dándole la espalda enojada. Len la siguió pensando cómo arreglar lo que acababa de hacer, ella no quería hablar ni siquiera lo miraba. Suspiró.
-Oye, Rin –en su voz se notaba que trataba de disculparse- ¿Qué te parece si tomamos un helado en el parque como antes? –ella se detuvo pero no respondió él suspiró y siguió caminando. Su hermana lo detuvo tomando su mano.
-Sólo si pagas tú –sonrió secándose las lágrimas.