5 de diciembre de 2012

Adolescence Rin x Len OVA II parte 3

Al fin después de tanto tiempo terminé con esta parte de la historia. siento mucho la demora, no estaba muy inspirada ni tenía mucho tiempo, realmente lo siento. espero que lo disfruten :D

-¡¿A dónde lo llevan?! ¡¿Qué sucede?!–perseguía a la camilla donde habían colocado a su hermano, cinco médicos se gritaban instrucciones entre ellos de forma alarmante. Algunos la empujaban al pasar mientras llevaban velozmente la camilla por un pasillo.
-¡Rin! ¡Basta! –Gakupo la tomó por los hombros y la retuvo, ella no quería escucharlo, no quería dejar que se llevaran a su hermano-Nosotros sólo somos un estorbo para ellos, déjalos trabajar.
No tenía fuerzas para seguir luchando, vio el rostro intranquilo de Len inconsciente en la camilla rodeado de enfermeros que lo entraron en una sala. Incluso las mantas blancas estaban manchadas con sangre. Quebró nuevamente en llanto y se apoyó en los hombros de Gakupo, este acarició su cabello.
-Sólo nos queda esperar-a pesar de que su voz era inmutable se notaba una leve tensión de fondo.


Entró corriendo en la sala de espera, había una hilera de bancos contra la pared de un estrecho pasillo que conducía a la entrada de terapia intensiva. El sonido de sus zapatos contra el suelo blanco hacía un gran estruendo en la callada sala, el chico alto pelimorado se giró al oírlo. Respiraba agitadamente buscando algo con la mirada. Encontró a su hija sentada en una de las sillas abrazando sus rodillas y ocultando el rostro sobre ellas. Luka estaba sentada a su lado y pasaba un brazo sobre su espalda, hacía tiempo que había desistido en consolarla. La chica levantó la vista con el sonido y su madre pudo ver los ojos rojos y las lágrimas humedeciendo su rostro.
-¡Rin! –se acercó a ella pero esta volvió a ocultar el rostro sollozando. Meiko acarició su cabello sin obtener respuesta.
-Meiko-sensei –el pelimorado colocó una mano en su hombro.
-¿Qué sucedió, Kamui? Necesito que alguien me lo explique-su tono de voz comenzaba a alcanzar la histeria.
-Len.. Él… -No sabía cómo explicarle de forma sutil la situación.
Un médico salió de la sala y los observó estudiando quién era el más apto para hablar. Meiko se acercó rápidamente con la desesperación marcando su rostro.
-¿Es usted la madre?-ella asintió casi sin poder respirar-Él ya no está corriendo peligro… Tuvo mucha suerte, igualmente todavía falta que se siga tratando, la situación sigue siendo grave, el corte es profundo y ha alcanzado el hígado. Lo vamos a trasladar a otra sala para dejar libre esta… Necesito que me acompañe para llenar unos papeles.
-… Sí…-se encontraba mucho más aliviada que antes, su alma volvía a su cuerpo.


-Kamui… Ya son pasadas las cuatro… Ve a tu casa a descansar, te llamaré cuando tengamos más novedades… -el pelimorado le tendió una lata de refresco a la mujer que se encontraba sentada en una nueva sala de espera con Rin recostada sobre su regazo durmiendo intranquilamente.
-Gracias pero prefiero quedarme hasta quedarme tranquilo –abrió su propio refresco y se apoyó contra la pared.
-¿Megurine Luka..?-inquirió observando al joven.
-Me ha llamado, ya llegó a casa-se cruzó de brazos-. Lo siento, Meiko-sensei, esto es mi culpa… Debí acompañarlos hasta el tren
-¿De qué hablas? –lo observó fijamente-Tu no has hecho nada, debo agradecerte que estuvieras allí, de no ser por ti no creo que Len hubiese podido llegar aquí… Gracias…
-No debe agradecerme por…-lo interrumpió un alarido proveniente de la joven durmiendo. Ella se levantó sin comprender dónde se encontraba.
-¡¿Len?!-aún permanecía en su mente la esencia de la pesadilla.
-Rin, tranquila-la estrechó su madre contra su pecho-. Él estará bien…-la chica volvió a sollozar recordando dónde estaba. Ella sí sentía culpa, una culpa terrible sumada al miedo de no volverlo a ver.
Un médico se acercó a ellos que se pusieron de pie de inmediato.
-Estamos atendiendo a su hijo-se dirigió a su madre y miró a la joven-. Según lo que usted ha completado entendemos que ella es su hermana gemela, ¿verdad?-ella asintió-Necesitamos hacer algunas transfusiones de sangre, si no hay ningún problema sería mucho más rápido y correríamos menos riesgos si la donante es su hermana…
-¡Sí!-se acercó desesperada-Lo que sea…


El sonido de algunos aparatos mecánicos… Un par de pasos y alguien corriendo algo, sonaba como una cortina y debía serlo porque el aumento de luz se sintió a través de sus párpados cerrados. Entreabrió los ojos y pestañeó varias veces confundido con tanta luz. Las paredes blancas, el techo blanco… Movió un poco el rostro y encontró la ventana por la que entraba la luz y al lado de ella la responsable de que ahora estuviese abierta. Podía reconocer ese cabello en cualquier parte.
-¿Miku?-su voz sonaba rara y descubrió que tenía sed, mucha sed.
La aludida se giró al oír el débil llamado y lo observó con los ojos muy abiertos y una enorme sonrisa.
-¡Len!-se tapó los labios luego de haber gritado y siguió en susurros- ¡Has despertado!-se acercó a la camilla.
-¿Qué? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está Rin? –sus últimos recuerdos se confundían- ¿Cuánto dormí?
La joven sonrió con ternura y apartó el cabello de su frente en una suave caricia.
-Estás en el hospital, Len, estuviste 48 horas durmiendo, creo que fue por los medicamentos-suspiró y lo golpeó muy suavemente en la frente-. Eres un idiota-le reprochó- ¡Nos tenías preocupados!-se apartó un poco y le señaló a Rin durmiendo en el sofá de la pequeña habitación donde lo habían dejado descansando.
Él se relajó un poco al verla e intentó recostarse un poco en la camilla pero la joven lo retuvo acostado.
-No te muevas demasiado… La herida en el abdomen es grave, Len…-suplicó con la mirada.
-Bien… -se quedó quieto para no preocuparla-¿Qué sucedió? ¿Qué hora es?-ella suspiró.
-Según lo que me dijo Gakupo, te trajeron al hospital luego de que te atacaran… Tienes que ser imbécil yendo a buscar pelea-se cruzó de brazos-. Me han dicho que tienes un corte severo en el abdomen, has necesitado intervención porque llegó a algún órgano y también transfusiones por la cantidad de sangre que has perdido… -lo observó preocupada y él esbozó una media sonrisa para tranquilizarla.
-Pero estoy aquí, no pongas esa cara… -ella se secó una lagrima- Miku…
-Simplemente estaba preocupada ¿Sí? Ya sé que estás bien pero no nos hagas esto de nuevo…-tomó aire recomponiéndose-Rin se ha quedado toda la noche despierta, hacía dos días que no podía dormir… La encontré en el suelo esta mañana y la llevé al sillón… Las enfermeras no lograban hacerla salir…
-…-maldijo para sus adentros, eso no debía estar pasando intentó incorporarse de nuevo pero las vendas le hicieron notar lo que le habían advertido, aún hacía efecto el sedante porque no sentía dolor pero podía tener una idea de qué pasaría cuando los medicamentos no lo afectaran.
-¡Quieto!-exigió la chica y él obedeció aunque ahora tenía la mirada turbia por la preocupación por su hermana.
-Rin no ha ido al instituto en estos dos días-supo que debía cambiar de tema al ver su mirada-, yo he cancelado mis entrevistas hoy, sí que eres un problema ¿no? –se sentó en la camilla- Tu madre no ha podido faltar nuevamente al trabajo, dijo que intentaría volver lo más pronto posible… Gakupo ha faltado ayer pero se convenció de que estarías bien y que él no lograría nada viéndote así, bella durmiente…-él no rió ante el chiste y ella volvió a suspirar- Len, ya, ella está bien, sólo se ha preocupado de más…
-…  Fue mi culpa… Por dejarla sola…
-¡Oh por favor! –lo interrumpió indignada- Eres tu el que está hospitalizado y te sigues echando la culpa de todo ¡Eres el colmo!
-Miku, pero yo…-su hermana en el sillón se removió un poco con el ruido y ambos la observaron atentos. Se refregó los ojos  y se sentó pestañeando confundida miró hacia la camilla.
-¿Miku qué…? –se levantó de inmediato- ¡Len! ¡Oh por Dios, Len!
La peliverde sonrió y suspiró levantándose de la camilla y haciéndose a un lado.
-Hola, princesa…-le sonrió con ternura allí acostado y su hermana se le llenaron los ojos de lágrimas.
-Iré por algo de desayunar-se despidió Miku saliendo disimuladamente por la puerta.
-Rin… -recordó que no podía moverse demasiado y maldijo- No llores…
-¡Idiota!-se acercó a él y tomó su mano con fuerza.
-El más idiota, sí…-le sonrió y acarició su rostro con la mano libre-Lo siento mucho, yo no quería preocuparte tanto…-lo interrumpió una sonora bofetada que lo dejó realmente sorprendido.
-¡Creí que no iba a volverte a ver! ¡No debiste seguirlo! ¡Yo no quería el maldito collar si eso significaba hacerte este daño! ¡¿Qué hubiese hecho sin ti?! –apoyó su frente en la de él- Lo siento tanto… Todo esto es mi culpa, quise detenerte pero no pude y tampoco llegué a tiempo y…-no pudo seguir hablando porque él la besaba con ternura y suavidad. Secó sus lágrimas con el dedo pulgar acariciando sus mejillas y le dedicó una sonrisa cálida.
-Shh…-volvió a dejar un delicado beso en sus labios- Olvidémonos ambos de lo que sucedió ¿sí? Estoy bien, estaré bien y no me iré a ningún lado, me quedaré aquí contigo siempre porque te amo. Por favor ya no te preocupes más por mi, ya estoy aquí…-la observó fijamente a los ojos buscando su confianza.
-…-algunas lágrimas de nueva tranquilidad mojaron el rostro de su hermano-Sí…-se inclinó un poco para besarlo nuevamente mucho más relajada al oír sus palabras. Era cierto, él estaba con ella y ella tampoco iba a dejarlo, aunque le pidiese que no se preocupase no podía evitarlo porque también lo amaba de igual manera.

1 comentario:

  1. Muchas gracias!!! siempre los comentarios me incentivan en lo que hago :3
    Sí, este no es el final de la historia, planeo seguirla pero últimamente estoy con poco tiempo...
    si quieres úedes leer más fanfics míos aquí:
    http://www.fanfiction.net/~mellkeloid
    Hasta luego!

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