16 de julio de 2010

Ese tipo de hombres

Abrí los ojos ¿Por qué? Mejor dicho ¿Para qué?
La misma habitación de paredes verdes, la misma ventana con las persianas bajas, la misma oscuridad, el mismo desastre de los días anteriores.
El dolor de cabeza era terrible. Me levanté con un poco de esfuerzo, llevaba la misma ropa sucia, arrugada y con olor a humo de hacía tres días.
Me dolía todo el cuerpo, en especial la espalda; Otra vez había dormido en el suelo del living-comedor. Patié de camino al bañño un par de botellas vacías. No tardé mucho en llegar, el departamento era pequeño de ta sólo dos ambientes: La habitación, el living-comedor, la cocina y un baño. Poco espacio pero con un balconcito que daba a la calle.
No prendí las luces ya que me habrían encandilado. Vivía en la oscuridad por esos días.
El sol se filtraba apenas por la ventana del baño que había tapado con una toalla, eso me permitió verme al espejo: El pelo color chocolate revuelto, el delineador corrido, las ojeras y la cara manchada de uno vaya a saber qué. No quise seguir viendo esa imagen abrí la puerta del botiquín y me tragué, sin necesidad de agua, tres bayaspirinas.
Me acomodé languidamente en el balcón de la cocina, veía una calle gris de dos de la tarde de lo que seguramente era un domingo. Encendí un cigarrillo y me crucé de brazos exhalando un halo de humo.
Qué vida aburrida.
Muy aburrida.
Él.
Me había obligado a hacerlo, no era mi culpa, nunca lo fue. Yo había sido lo que un hombresiempre quiso y el había sido mi mundo. Pero me prometí no llorar, no, nunca por un hombre. Menos por uno como él. Uno de esos tipos que se creen perfectos, que creen tenerlo todo. Que te sonríen y te llenan de promesas vacías. Que tienen dinero para llevarte de paseo y te rescatan de aquella aburrida rutina que es el día a día. Te regalan flores en el día de tu cumpleaños, una fecha que todos ya habían olvidado. De esos que tocan tu vals preferido en su piano y luego te besan como ningún otro hombre en la tierra. El tipo de hombres que rozan tu piel y te queman, que te hipnotizan con sus ojos claros y sus manos ágiles, que te desnudan y se divierten jugando contigo.
Sí, ese tipo de hombres.
Que luego te cruzas besanodo el cuello de una rubia bonita y con escote camino hacia el cine.
Sí, ese tipo de hombres. Apagué el cigarrillo contra una maseta.
El tipo de hombres que se hayan duros y fríos, con sangre seca y un cuchillo clavado en el corazón desde hace cuatro días en el típico cuarto de paredes verdes de un pequeño y simple departamento de dos ambientes, un baño y una cocina.

5 comentarios:

  1. Qué genia. Tiene la misma determinación a no llorar que vos ^^
    De dónde lo sacaste?
    Está muy bueno.

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  2. Perdón, perdón, perdón, Mell xD
    Está muy bueno, es sólo que no te había visto escribir cuentos casi nunca. Ehm... Nunca, en realidad. Mil perdóns.
    Está muy genial. Y la protagonista se parece tanto a vos que me da escalofríos.
    Ahtoa que lo pienso... A Axel no lo vi desde que salió con vos, no lo habrás asesinado, no??

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  3. El hecho de que lo haya hecho ella explica bastantes cosas, no, vall? Jajaja Está genial Mell!! Quién sabrá dónde está axel? jaja

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  4. Axel? de qué axel me están hablando?
    >=3

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Neko