Rin lo había besado de esa forma tan particular y le había dicho eso. Pero no era una cosa para tomarse en broma, él no podía dejar de sentirse débil al haber cedido pero había sido imposible no reaccionar de esa forma cuando se había comportado tan inocente y tierna. Tenía que pensar un plan b… El estar incapacitado le daba una ventaja de tiempo, pero ¿Qué pasaría cuando no tuviese ninguna dificultad para caminar, moverse o…?
Volvió a presionar la almohada sobre su rostro con rabia.
No se trataba de que no la deseara como tontamente había supuesto ella. Era tanto más complejo como todo lo que les estaba pasando. Él solía resolver todos sus problemas por sí mismo pero en ese momento le hubiese gustado poder pedirle consejo a alguien pero la idea de formular una pregunta siquiera lo avergonzaba y lo hacía sentir un monstruo pervertido.
Quería gritar de impotencia ante una situación que no sabía manejar y que le estaba volviendo loco. Pero sólo la idea, el atisbo de una idea, una pequeña fantasía en la que Rin, tan bella y delicada algo agitada, comenzara a sacarse despacio su remera del instituto y empezaran a delinearse sus hombros de piel clara y suave le alcanzaba para generar una hemorragia nasal.
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-… berías tocar…-Rin le estaba reprochando a su prima mientras ambas ponían un pie en el cuarto casi compitiendo por quién entraba primero cuando se quedaron viendo a Len en su mueca y su pose.
-¡Len! –dijeron al unísono en tono de reproche.
Él levantó la vista no pudiendo creer que tuviese tanta mala suerte ¿Qué excusa iba a inventar?
-…Hola…-no sabía qué decir.
-Len, no puedes moverte sab…-Rin estaba acercándose hacia él cuando su prima le pasó por delante corriendo.
-¿Necesitas algo, Len? ¿Estás incómodo? ¿Una almohada más? ¿Se te acabó el agua? –llegó a su lado y le puso una mano en la espalda para darle apoyo y que no tuviera que sostener su propio peso en la herida, instándolo con el gesto a volver a acostarse.
-Sí... ¿Qué pasa?-Rin sonó ruda acercándose a él, no podía tolerar que le ganaran en algo así. Ella debía cuidarlo. Él la miró extrañado al oír su tono de voz.
-Yo solo… quería más agua sí-Tomó esa excusa como la mejor. Rin abrió la boca para responder pero su prima se le adelantó de nuevo.
-¡Estamos aquí al lado puedes llamarnos en un segundo!-lo tapó mejor con las sábanas-Vine especialmente para cuidarte, no te preocupes por molestarme, estoy para eso-le sonrió ampliamente y miró a la otra chica una vez que él estuvo de nuevo acostado por completo-¿Le traerás un vaso con agua, Rin?
La aludida por poco echaba humo por la cabeza. ¿No estaba tan dispuesta a ayudar? Que fuera ella.
-Sí, ya mismo-dijo con falsa cortesía y se dio vuelta para dirigirse a la cocina escaleras abajo. Odiaba la idea de dejarlos a solas.
-¿Pasó algo entre ustedes?-Le preguntó Len a su prima cuando su hermana abandonó la habitación con pasos ruidosos-Es raro que actúe así…-pensó para sus adentros si no se debía a la conversación que había tenido con ella. Lily se encogió de hombros.
-Saqué el tema de Kaiko y se puso así… Debe ser porque te comportaste como un hermano demonio y recordó lo que hiciste-él frunció el ceño, no creía que se debiera a eso su humor.
-Espero que no esté así mañana-suspiró y decidió cambiar de tema-. Ya puedes soltarme, Lily, no me escaparé a ningún lado-le sonrió para tranquilizarla-. No quería despertar a nadie y decidí ir yo mismo por algo de agua…
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-¿Pensabas bajar y subir todas las escaleras tu solo con un vaso de agua en la mano?- enarcó una ceja- No fue la idea más brillante que se te podría haber ocurrido-lo soltó y volvió a enderezarse ya que se había inclinado para ayudarlo. Se estiró un poco haciendo tronar los dedos de la mano y la espalda-. El viaje me destruyó la espalda-comentó por lo bajo-. Len, no te preocupes, de verdad, voy a estar estos quince días totalmente dispuesta a ayudarte, espero que te acostumbres-Lo despeinó un poco.
La menor entró a la habitación y colocó el vaso de agua con fuerza en la mesa baja que Len tenía al lado de la cama haciendo que un poco del líquido se saliera del vaso.
-Buenas noches-dijo cortante hacia él y luego miró con una sonrisa algo forzada a su prima-. Es mejor que nos vayamos a acostar juntas, así no debo dejar la luz prendida del cuarto-dio media vuelta sin decir más nada y volvió a desaparecer de la vista de ambos.
Len se rascó la cabeza pensando y se encogió de hombros.
-Espero realmente que se ponga de mejor humor…-Le dijo como deseándole suerte a su prima.
-Yo también, que esté con el ceño fruncido le hará salir arrugas muy joven-rió-. Buenas noches, Len, cualquier cosa que te haga falta puedes mandarme un mensaje, tendré el teléfono prendido por si me necesitas-le guiñó un ojo y salió de su habitación para ir hacia la de su otra pariente que ya estaba acostada y tapada hasta la cabeza dándole la espalda.