¡Hola!
No me pasaba por mi blog hace años ¡Años!
Creo que está bastante muerto, me dio nostalgia recientemente todo lo que era la comunidad blogger antes y decidí pasar a ver.
Si alguien sigue ahí esperando acaso que actualice los fanfics que estaban subiéndose por este medio les ruego que vayan a buscarlos a Fanfiction.net donde sí estoy subiendo los capítulos tanto de Adolescence como de Recuerda y Yume Sakura: Sueños de pétalos de cerezo.
Además de subir otras historias.
Aunque no haya nadie más que los lea a estas alturas me llevé una sorpresa actualizándolos en la otra página y si hay alguien que los lee no quiero que se pierda ese canal.
Eso era todo, nos leemos :)
9 de diciembre de 2018
10 de agosto de 2015
Adolescence Rin x Len OVA 2 parte 7
Special Thanks a Vitainuka S.!!!
La observó durmiendo
abrazada con brazos y piernas a la almohada, por lo que sabía no la había
soltado en toda la noche. El despertador volvió a sonar pero su prima ni se
inmutó, seguía durmiendo ignorando por completo la hora. Lo apagó ella y con
una sonrisa acarició su frente.
-Bella durmiente, es
hora de despertarse, wake up!-le dijo sin gritar demasiado para no ser tan
abrupta. La menor se removió un poco pero no se despertó, seguía en su mundo de
ensueño. Le causó gracia la negación a despertarse que tenía. Se acercó a su
oído y susurró- Ya es hora de despertarse, Rin…
Con la cercanía
pareció reaccionar más pero aún estaba soñando.
-Cinco minutos más,
Len… -Se giró sin soltar la almohada ¿Cómo hacía para despertarse todos los
días? ¿Len se tomaba el trabajo de ir a su habitación y sacudirla hasta que se
levante? Decidió destaparla para que el frío la obligue a despertarse-Quiero
estar todo el día abrazada así cont…-dejó de murmurar en sueños cuando abrió
los ojos recordando de pronto que esa no era la cama de su hermano, que la
almohada no era su hermano y que quien intentaba despertarla no era su hermano.
Se había sentado abruptamente en la cama- ¡Lily!-Le reprochó aunque ella no
tuviese la culpa.
Su prima rió y se
alejó de la cama hacia la cómoda que Rin usaba para maquillarse y peinarse.
-Sí que no te gusta
madrugar, eh-se estaba mirando al espejo arreglando su cabello con unas
hebillas que había ahí-Tienes suerte de que esté aquí para despertarte, te
hubieses quedado dormida de no ser por mí-le guiñó un ojo a través del espejo
ya que sabía que la estaba mirando.
Rin se sonrojó ¿Qué
había llegado a decir dormida? Al parecer su prima no había escuchado nada
porque no parecía indignada o sobresaltada.
-¿Qu.. Qué haces
despierta tan temprano? No es necesario que me despiertes…-se levantó de la
cama evitando su mirada en el espejo. Mientras Lily estuviese allí tendría que
tener mucho cuidado con lo que pudiese decir dormida.
-Estoy totalmente
descolocada con los horarios, es el jetlag supongo…-Se dio vuelta y le sonrió
mientras buscaba el uniforme-Me desperté como a las cinco de la mañana y desde
ahí que no me pude dormir… Pero como mis amigas de casa están despiertas porque
allí son como las siete de la tarde me quedé hablando con ellas por mensaje… Y
viendo cómo dormías ¡Tu pareja cuando duerman juntos sufrirá de noche! No
soltaste esa almohada por nada del mundo-rió con ganas poniéndose de pie.
Rin se sonrojó aún más ¿Len sufriría dormir con ella todas las noches?
Estaba segura que, como a la almohada, no lo dejaba de abrazar en ningún
momento.
-Llegó Lily de Estados
Unidos-comentó muy molesta mordiendo con furia un sándwich. Era la hora del
almuerzo y estaba sentada en una mesa en el patio del instituto junto con Miku
y con Haku.
-¡¿Hacé cuánto que no
veías a tu prima?!-le sonrió pero notó al instante la disconformidad-¿Eso te
puso de mal humor todo el día?
-No estoy de mal
humor-frunció el ceño-. Estoy como todos los días…
-No engañas a nadie,
Rin-le guiñó un ojo-¿No es verdad que estuvo todo el día con cara de “voy a
asesinar a mi prima”, Haku?-buscó apoyo en su nueva “discípula”.
-Eh… yo… Supongo que
sí…-tartamudeó un poco ocultándose detrás de su botella de agua.
-¡Mentira! Yo no
quiero asesinar a nadie-resopló, admitir que estaba molesta con ella era
admitir que estaba en realidad celosa de ella, celos que ni siquiera sentía por
Miku que había estado con su hermano antes que ella.
-Ya… Si tú lo
dices-levantó las cejas, era obvio que no la iba a dejar de molestar con ese
tema-¿Y dónde está ella ahora? ¿No se inscribió al instituto en este tiempo que
iba a visitarlos? Lo hizo una vez cuando eran más chicos ¿verdad?
-Dijo algo como que
iba a estar muy poco tiempo para eso, la última vez se había quedado más de un
mes-desvió la mirada-. Además dijo que había venido exclusivamente para cuidar
de Len…
-¡Ajá!-La señaló
ganando la batalla-Entonces estás celosa porque ella está cambiándole las
vendas en este momento mientras hablamos-la miró con picardía y a Rin le
subieron los colores de furia. ¿Realmente estaría ayudándolo con el vendaje?
¡Ella quería hacer eso! Miku rió-¡Era una broma! Pero es eso entonces…-suspiró-Rin,
ella es tu prima y está bien que cuide de Len…
-Yo me puedo encargar
de eso-dijo ofendida ya admitiendo sus celos abiertamente.
-No, estás aquí ahora mismo, tu madre está trabajando, Len tiene suerte
de contar con alguien en su casa… ¿Quién va a ayudarlo a bañarse si no
fuera…?-la rubia le cortó la broma lanzándole el envoltorio de su sándwich para
callarla-Bueno, no te enojes tanto…-sonó el timbre que anunciaba el final del
descanso y ella suspiró-Es tan divertido hacerte enojar, Rin, pero debemos
volver-se pusieron de pie y se encaminaron al edificio-Trata de pensar que es
bueno que Len tenga una ayuda en casa, no que tienes que competir contra
alguien ¿sí?-intentó consolarla un poco pero ella ya se estaba imaginando cómo
es que Lily y Len se estaban juntos bajo la ducha y no la escuchaba.
-¿Me explicas cómo
haces para que se te ocurran tan buenas ideas? –rió rasgando levemente la
guitarra.
-No son tan buenas…-se
pasó una mano por el pelo incómodo por el halago.
-¿Cómo que no? ¡Eres
un genio, Len! –lo despeinó- Vamos otra vez-acomodó los dedos en los acordes
leyendo un papel que estaba sobre la cama entre ambos, ella estaba sentada al
borde de la cama y su primo acostado con algunos almohadones en la espalda para
que pudiera estar inclinado. La rubia comenzó a tocar y él le fue marcando el ritmo tarareando bajo.
-¡Estoy en casa!-Rin
subió las escaleras corriendo ya que no había obtenido respuesta en la planta
baja. Se quedó parada en el pasillo donde estaba la puerta abierta de la
habitación de su hermano.
-Ah… Hola, Rin-Le
sonrió desde la cama.
-¡Ey, Rin!-la saludó
con la mano su prima girándose un poco para verla ya que estaba de espaldas-¿Quieres
ayudarnos? Estamos componiendo unos temas, ¡Tu hermano es el mejor para esto!
Yo creo que Miku se hizo famosa gracias a…
-No-la interrumpió en
seco y se dio la vuelta encaminando a su habitación. Se había puesto roja de la
envidia, se suponía que Len sólo componía para ella, que se inspiraba en ella.
Los dos primos en la
habitación se miraron a los ojos con una ceja en alto. Len no comprendía a qué
se debía esa reacción.
-¿Estás bien,
Rin?-preguntó en voz un poco más alta. Ella ya en la puerta de su cuarto se
mordió el labio inferior un poco insegura por haberse comportado de esa
forma-¿Quieres hablar?-. Él hubiese deseado poder estar en todas sus capacidades
para ir a verla, para poder obligarla a verlo a los ojos y descubrir qué le
sucedía realmente.
-Tengo deberes que
hacer-. Se inventó de excusa y cerró la puerta detrás de ella. Tomó aire y se
tiró en la cama boca abajo. ¿Por qué sentía tantos celos de su prima? Ella era
como una versión mejorada de sí misma ¿A Len no le gustaría más ella? Tenían
todo el tiempo del mundo para estar a solas y ella jamás se enteraría de lo que
estarían haciendo.
Len suspiró. Casi
todos sus deberes los terminaba haciendo él mismo, claramente estaba
mintiéndole.
-Iré a hablar con
ella-sentenció Lily poniéndose de pie con determinación. Su primo la tomó por
el brazo para detenerla y negó con la cabeza-¿Por qué?-dijo frustrada-Quiero
ayudarla-hizo un leve puchero.
-Déjala un rato a solas…-le sonrió para ser conciliador-¿Las mujeres no
tienen esa época del mes donde…?-Su prima lo interrumpió de un golpe en la
frente-¡Auch!-sosteniéndose el lugar del golpe-¿Así vas a cuidarme?-le sonrió.
Subió las escaleras en
silencio arrastrando los pies. Se escuchaban risas desde la habitación de su
hermano. Toda la semana había sido igual, cada vez que llegaba del instituto se
los encontraba en la habitación sentados en la misma cama divirtiéndose. Era
como si Len se hubiese olvidado de ella. No le mandaba mensajes durante el día,
no tenían ningún momento a solas, compartía con Lily todo el día y casi toda la
tarde, ella sólo salía de su habitación para bañarse y cenar con ella y su
madre, se despertaba temprano por la mañana y desde ese momento se mudaba a su
habitación cuando ella se iba al instituto. Sentía que cuánto más lejos estaba
de él su prima iba reemplazándola de a poco. Casi no hablaba con ella, le
respondía vagamente para ocultar sus celos.
Al pasar por la puerta
del cuarto de su hermano solo dio un pequeño vistazo, ya sabía que sea lo que
sea que estuviesen haciendo la iba a hacer reaccionar como todos esos días.
-¿Te hace cosquillas?
¡Eres débil!-reía ella.
-¡Basta! ¡Yo.. yo
puedo hacerlo solo!-la risa no lo dejaba hablar bien. Trataba de apartar las
manos de su prima. Ella estaba untándole una crema en el abdómen donde tenía la
herida, tenía la camisa del pijama totalmente desabotonada-¡Es muy fría!-se
quejó-Ya es bastante, ¡bastante!
-No seas llorón, Len
¡Esto tiene que cicatrizar bien!-volvió a pasarle la mano por la piel desnuda.
Su primo levantó la vista y se encontró con la mirada de su hermana, dejó de
reír inmediatamente al ver su expresión.
-Bienvenida a casa…-dijo
con voz insegura sin poder descifrar su mirada. Lily frunció el ceño confundida
y se dio la vuelta.
-¡Rin!-le sonrió y le
mostró las manos pegajosas por la crema-¿Quieres venir a torturar a Len? Nunca
lo vas a tener tan indefenso-le guiñó un ojo. La aludida la miró unos segundos
y luego volvió a ver a su hermano un poco más de tiempo, como reprochándole lo
que estaba haciendo. Sin decir nada se fue hacia su habitación-¿Rin…?-Lily volvió
a mirar a su primo-¿Quieres que siga dejándola a solas o prefieres que vaya a
hablar con ella esta vez?-inquirió indecisa-Estuvo así toda la semana… ¿No
pensará que estoy demasiado tiempo contigo y nada con ella?-él negó con la cabeza-.
Lo que tu digas…-se encogió de hombros- ¿Te ayudo con las vendas o puedes
solo?-se las acercó-Iré a darme una ducha para sacarme esto-Le mostró las manos
pegajosas y se levantó de la cama.
-Puedes ir
tranquila-le sonrió pero sin prestarle atención. Tomó las vendas y su prima
dejó la habitación, él comenzó a vendarse, lo había hecho solo toda la semana
con un poco de ayuda pero ya había aprendido a hacerlo bien sin necesitar de
nadie. No podía dejar de pensar en la mirada de reproche de su hermana ¿Estaría
haciendo algo mal? Era claro para ambos que tenían que mantener una distancia
mientras estuviese su prima para que no los descubriese, ella era bastante
perceptiva, ambos estaban haciendo su mejor esfuerzo por no ser atrapados ¿O
no?
Cuando terminó de
vendarse y cerrarse la camisa tomó una desición.
-Rin…-Llamó sin querer
hablar demasiado fuerte para que su prima en el baño no escuchara-Riiiin… ¿Me
oyes?-volvió a intentar pero no tuvo respuesta. Suspiró y miró a su alrededor
buscando la forma de comunicarse, tomó su teléfono celular de la silla que le
habían dejado cerca de la cama con varias de sus cosas. La buscó en los números
favoritos y tocó la tecla llamar.
Rin se había ocultado
bajo la almohada para acallar sus pensamientos ¿Si ella no hubiese llegado en
qué habrían terminado ellos dos? ¿Por qué otra podía tocar a Len de esa manera?
¿Cómo Len lo permitía? ¿No se daba cuenta que la mataba de celos? ¿Acaso ya no
le importaba nada? ¿Se lo estaba haciendo a propósito? El teléfono vibraba en
su mesa de noche prendiéndose como la única luz en la habitación, lo tomó
extrañada y al ver la imagen del contacto que la llamaba se sonrojó
abruptamente, en la foto estaban ella y Len abrazados. Cortó de inmediato la
llamada. No quería hablar con él.
Len miró extrañado la
pantalla del teléfono ¿Llamada interrumpida? Volvió a llamar. Después de un
beep le dio el contestador nuevamente. ¿Estaba cortando las llamadas? Resopló
molesto ¿Por qué no le atendía. Volvió a intentar y el mismo resultado. Con el
ceño fruncido comenzó a escribir un mensaje, la podía ver en línea.
“¿Qué sucede,
Princesa? ¿Por qué no respondes las llamadas?” Envío y esperó respuesta.
Ver el mensaje la
asustó ¿Qué iba a responder? No quería admitirle su derrota a él.
“¿Ahora te acuerdas de
mí?” Respondió sin pensar demasiado, sentándose en la cama con el teléfono en
ambas manos esperando.
Miró extrañado esa
respuesta ¿Qué quería decir eso?
“Estoy todo el día
pensando en ti”. No iba a caer en ninguna trampa que podía estar pensando ella.
“¿Ah sí? No lo
parecía, te estabas divirtiendo bastante”. Envió cada vez más enojada, el
cinismo era la forma de expresar su dolor.
¿Eso era una escena de
celos? ¿Realmente? Suspiró y trató de disipar la tormenta.
“¿De qué hablas? Realmente
pienso en ti todo el tiempo ¿No quieres venir aquí? Estamos a menos de 10
metros de distancia”. Sería mucho más sencillo calmar cualquier pensamiento
extraño estando cerca, sabía que su prima todavía estaría un rato en el baño,
se quedaba largo rato bajo la ducha y luego haciendo vaya-a-saber-qué cosas.
Se mordió el labio
inferior sin saber qué decirle, no quería estar en su habitación, no quería que
la viese y descubriese todo lo que sentía.
“Como Lily no está te
aburres y ahora quieres que vaya… En este instante no tengo ganas de ir para
ser tu segunda opción…”
Puso los ojos en
blanco leyendo la ridícula excusa.
“¿En serio, Rin?” Fue
todo lo que se le ocurrió responder, hubiese preferido llamarla en voz alta en
vez de seguir con ese juego tonto, pero escuchaba como la ducha se había
cerrado, Lily estaba secándose el cabello y podía escucharlo. “¿Qué pasa? ¿De
verdad estás haciendo una escena de celos por Lily?”.
Apoyó la cabeza en las
rodillas, se había dado cuenta, ella no servía para ocultar nada, pero él
quería que lo admitiese.
“¿Estás haciéndolo a
propósito? Si quieres alejarme puedes decírmelo, no necesitas armar esas
escenas a la hora en la que llego para que las vea.”
¿Escenas? ¿De qué
estaba hablando? Le había pedido ayuda a Lily porque no quería que Rin viese su
cicatriz, acababan de sacarle los puntos y sabía que Rin era alguien
impresionable.
“No sé de qué hablas”.
Suspiró. “Rin, no puedes tener celos de Lily, es nuestra prima ¿de verdad piensas
que podría sentir algo por ella?”
Al leer el mensaje se
le llenaron los ojos de lágrimas, la angustia que estaba acumulando esos días
se estaba soltando. Tomó una larga bocanada de aire con un extraño nudo en la garganta.
“No lo sé. Yo soy tu
hermana ¿De verdad puedes sentir algo por mí?” Dejó el teléfono caer y se
abrazó a sí misma.
-No me hagas esto…-suspiró
leyendo el mensaje. No lo pensó dos veces y se puso de pie con cierta dificultad
haciendo muecas de dolor cada vez que sentía como tiraba la cicatriz de su abdomen.
Apoyando la mano en la pared se fue ayudando para llegar al pasillo y a la
puerta de su hermana. Tomó el pomo para abrirla.
-¿Qué haces, Len?-la
voz alarmada de su prima saliendo de la puerta de al lado envuelta en una toalla
que sostenía con una mano-¿Buscabas algo? Deberías llamarme, tienes que estar
en cama…-Lo tomó de la mano tirando de él-Yo puedo buscar lo que necesites, te
ayudaré a acostarte…
-Lily, no…-con el
tirón de su mano y el poco equilibrio que tenía por haberse soltado de la pared
para abrir la puerta trastabilló, su prima quiso agarrarlo antes de que se
cayera pero lo único que logró fue hacer que Len se cayera de lleno encima suyo
tirándola a ella al suelo también.
-¡Leen!-gritó en la
caída.
Rin levantó la cabeza
mirando la puerta de su habitación en penumbras. ¿Qué había pasado? Se levantó
y fue hasta la puerta para abrirla. Se quedó helada al ver la escena. Se
encontraban los dos en el piso, Lily semi envuelta en una toalla que ya ni la
tapaba y Len estaba recostado sobre ella apoyada en su hombro con una mano en su
cintura. Él levantó la mirada hacia ella.
-Rin… No…-Le suplicó
con la mirada que no sacara cualquier conclusión de aqullo.
-Se terminó-le dijo fría y cerró la puerta de un golpe.
5 de junio de 2015
Adolescence Rin x Len OVA 2 parte 6
Presionó la almohada sobre su rostro como para sofocar sus pensamientos. Tener que permanecer en reposo sin muchas distracciones tenía como punto en contra que le dejaba demasiado tiempo para reflexionar. Los recuerdos de esa misma tarde antes de que su prima llegara para interrumpirlos lo atormentaban. ¿Qué había hecho? Había dicho algo que no podía cumplir. Las palabras de Rin lo sonrojaban cuando las repasaba en su mente y lo hacían sentir incómodo en sus partes bajas ¿Era un monstruo al sentir deseo por su hermana gemela? La peor parte es que no podía dejar de imaginar cómo pasaría todo. Necesitaba una ducha de agua fría pero no tenía permiso para moverse de esa cama ni excusa para pedir que a esa hora de la noche lo ayudaran a llegar al baño cuando se había bañado con ayuda de una enfermera en el hospital esa mañana. La idea del agua fría relajando el calor de su cuerpo parecía la única solución. Se maldijo para sus adentros.
Rin lo había besado de esa forma tan particular y le había dicho eso. Pero no era una cosa para tomarse en broma, él no podía dejar de sentirse débil al haber cedido pero había sido imposible no reaccionar de esa forma cuando se había comportado tan inocente y tierna. Tenía que pensar un plan b… El estar incapacitado le daba una ventaja de tiempo, pero ¿Qué pasaría cuando no tuviese ninguna dificultad para caminar, moverse o…?
Volvió a presionar la almohada sobre su rostro con rabia.
No se trataba de que no la deseara como tontamente había supuesto ella. Era tanto más complejo como todo lo que les estaba pasando. Él solía resolver todos sus problemas por sí mismo pero en ese momento le hubiese gustado poder pedirle consejo a alguien pero la idea de formular una pregunta siquiera lo avergonzaba y lo hacía sentir un monstruo pervertido.
Quería gritar de impotencia ante una situación que no sabía manejar y que le estaba volviendo loco. Pero sólo la idea, el atisbo de una idea, una pequeña fantasía en la que Rin, tan bella y delicada algo agitada, comenzara a sacarse despacio su remera del instituto y empezaran a delinearse sus hombros de piel clara y suave le alcanzaba para generar una hemorragia nasal.
“Basta… Necesito una ducha de agua fría… Urgente”. Tomó una resolución, si seguía pensando en esas cosas no iba a poder dormirse ni en un mes. Se quitó el almohadón del rostro y lo dejó con furia a un lado de la cama. Si no hacía ruido y no lo veían nadie se preocuparía por verlo fuera de la cama. Se irguió un poco y el dolor en el abdomen lo acusó. Tomó aire y se sentó en la cama frunciendo el ceño a punto de destaparse para salir de la cama cuando la puerta de su habitación se abrió de golpe.
-… berías tocar…-Rin le estaba reprochando a su prima mientras ambas ponían un pie en el cuarto casi compitiendo por quién entraba primero cuando se quedaron viendo a Len en su mueca y su pose.
-¡Len! –dijeron al unísono en tono de reproche.
Él levantó la vista no pudiendo creer que tuviese tanta mala suerte ¿Qué excusa iba a inventar?
-…Hola…-no sabía qué decir.
-Len, no puedes moverte sab…-Rin estaba acercándose hacia él cuando su prima le pasó por delante corriendo.
-¿Necesitas algo, Len? ¿Estás incómodo? ¿Una almohada más? ¿Se te acabó el agua? –llegó a su lado y le puso una mano en la espalda para darle apoyo y que no tuviera que sostener su propio peso en la herida, instándolo con el gesto a volver a acostarse.
-Sí... ¿Qué pasa?-Rin sonó ruda acercándose a él, no podía tolerar que le ganaran en algo así. Ella debía cuidarlo. Él la miró extrañado al oír su tono de voz.
-Yo solo… quería más agua sí-Tomó esa excusa como la mejor. Rin abrió la boca para responder pero su prima se le adelantó de nuevo.
-¡Estamos aquí al lado puedes llamarnos en un segundo!-lo tapó mejor con las sábanas-Vine especialmente para cuidarte, no te preocupes por molestarme, estoy para eso-le sonrió ampliamente y miró a la otra chica una vez que él estuvo de nuevo acostado por completo-¿Le traerás un vaso con agua, Rin?
La aludida por poco echaba humo por la cabeza. ¿No estaba tan dispuesta a ayudar? Que fuera ella.
-Sí, ya mismo-dijo con falsa cortesía y se dio vuelta para dirigirse a la cocina escaleras abajo. Odiaba la idea de dejarlos a solas.
-¿Pasó algo entre ustedes?-Le preguntó Len a su prima cuando su hermana abandonó la habitación con pasos ruidosos-Es raro que actúe así…-pensó para sus adentros si no se debía a la conversación que había tenido con ella. Lily se encogió de hombros.
-Saqué el tema de Kaiko y se puso así… Debe ser porque te comportaste como un hermano demonio y recordó lo que hiciste-él frunció el ceño, no creía que se debiera a eso su humor.
-Espero que no esté así mañana-suspiró y decidió cambiar de tema-. Ya puedes soltarme, Lily, no me escaparé a ningún lado-le sonrió para tranquilizarla-. No quería despertar a nadie y decidí ir yo mismo por algo de agua…
-¿Pensabas bajar y subir todas las escaleras tu solo con un vaso de agua en la mano?- enarcó una ceja- No fue la idea más brillante que se te podría haber ocurrido-lo soltó y volvió a enderezarse ya que se había inclinado para ayudarlo. Se estiró un poco haciendo tronar los dedos de la mano y la espalda-. El viaje me destruyó la espalda-comentó por lo bajo-. Len, no te preocupes, de verdad, voy a estar estos quince días totalmente dispuesta a ayudarte, espero que te acostumbres-Lo despeinó un poco.
La menor entró a la habitación y colocó el vaso de agua con fuerza en la mesa baja que Len tenía al lado de la cama haciendo que un poco del líquido se saliera del vaso.
-Buenas noches-dijo cortante hacia él y luego miró con una sonrisa algo forzada a su prima-. Es mejor que nos vayamos a acostar juntas, así no debo dejar la luz prendida del cuarto-dio media vuelta sin decir más nada y volvió a desaparecer de la vista de ambos.
Len se rascó la cabeza pensando y se encogió de hombros.
-Espero realmente que se ponga de mejor humor…-Le dijo como deseándole suerte a su prima.
-Yo también, que esté con el ceño fruncido le hará salir arrugas muy joven-rió-. Buenas noches, Len, cualquier cosa que te haga falta puedes mandarme un mensaje, tendré el teléfono prendido por si me necesitas-le guiñó un ojo y salió de su habitación para ir hacia la de su otra pariente que ya estaba acostada y tapada hasta la cabeza dándole la espalda.
Rin lo había besado de esa forma tan particular y le había dicho eso. Pero no era una cosa para tomarse en broma, él no podía dejar de sentirse débil al haber cedido pero había sido imposible no reaccionar de esa forma cuando se había comportado tan inocente y tierna. Tenía que pensar un plan b… El estar incapacitado le daba una ventaja de tiempo, pero ¿Qué pasaría cuando no tuviese ninguna dificultad para caminar, moverse o…?
Volvió a presionar la almohada sobre su rostro con rabia.
No se trataba de que no la deseara como tontamente había supuesto ella. Era tanto más complejo como todo lo que les estaba pasando. Él solía resolver todos sus problemas por sí mismo pero en ese momento le hubiese gustado poder pedirle consejo a alguien pero la idea de formular una pregunta siquiera lo avergonzaba y lo hacía sentir un monstruo pervertido.
Quería gritar de impotencia ante una situación que no sabía manejar y que le estaba volviendo loco. Pero sólo la idea, el atisbo de una idea, una pequeña fantasía en la que Rin, tan bella y delicada algo agitada, comenzara a sacarse despacio su remera del instituto y empezaran a delinearse sus hombros de piel clara y suave le alcanzaba para generar una hemorragia nasal.
“Basta… Necesito una ducha de agua fría… Urgente”. Tomó una resolución, si seguía pensando en esas cosas no iba a poder dormirse ni en un mes. Se quitó el almohadón del rostro y lo dejó con furia a un lado de la cama. Si no hacía ruido y no lo veían nadie se preocuparía por verlo fuera de la cama. Se irguió un poco y el dolor en el abdomen lo acusó. Tomó aire y se sentó en la cama frunciendo el ceño a punto de destaparse para salir de la cama cuando la puerta de su habitación se abrió de golpe.
-… berías tocar…-Rin le estaba reprochando a su prima mientras ambas ponían un pie en el cuarto casi compitiendo por quién entraba primero cuando se quedaron viendo a Len en su mueca y su pose.
-¡Len! –dijeron al unísono en tono de reproche.
Él levantó la vista no pudiendo creer que tuviese tanta mala suerte ¿Qué excusa iba a inventar?
-…Hola…-no sabía qué decir.
-Len, no puedes moverte sab…-Rin estaba acercándose hacia él cuando su prima le pasó por delante corriendo.
-¿Necesitas algo, Len? ¿Estás incómodo? ¿Una almohada más? ¿Se te acabó el agua? –llegó a su lado y le puso una mano en la espalda para darle apoyo y que no tuviera que sostener su propio peso en la herida, instándolo con el gesto a volver a acostarse.
-Sí... ¿Qué pasa?-Rin sonó ruda acercándose a él, no podía tolerar que le ganaran en algo así. Ella debía cuidarlo. Él la miró extrañado al oír su tono de voz.
-Yo solo… quería más agua sí-Tomó esa excusa como la mejor. Rin abrió la boca para responder pero su prima se le adelantó de nuevo.
-¡Estamos aquí al lado puedes llamarnos en un segundo!-lo tapó mejor con las sábanas-Vine especialmente para cuidarte, no te preocupes por molestarme, estoy para eso-le sonrió ampliamente y miró a la otra chica una vez que él estuvo de nuevo acostado por completo-¿Le traerás un vaso con agua, Rin?
La aludida por poco echaba humo por la cabeza. ¿No estaba tan dispuesta a ayudar? Que fuera ella.
-Sí, ya mismo-dijo con falsa cortesía y se dio vuelta para dirigirse a la cocina escaleras abajo. Odiaba la idea de dejarlos a solas.
-¿Pasó algo entre ustedes?-Le preguntó Len a su prima cuando su hermana abandonó la habitación con pasos ruidosos-Es raro que actúe así…-pensó para sus adentros si no se debía a la conversación que había tenido con ella. Lily se encogió de hombros.
-Saqué el tema de Kaiko y se puso así… Debe ser porque te comportaste como un hermano demonio y recordó lo que hiciste-él frunció el ceño, no creía que se debiera a eso su humor.
-Espero que no esté así mañana-suspiró y decidió cambiar de tema-. Ya puedes soltarme, Lily, no me escaparé a ningún lado-le sonrió para tranquilizarla-. No quería despertar a nadie y decidí ir yo mismo por algo de agua…
-¿Pensabas bajar y subir todas las escaleras tu solo con un vaso de agua en la mano?- enarcó una ceja- No fue la idea más brillante que se te podría haber ocurrido-lo soltó y volvió a enderezarse ya que se había inclinado para ayudarlo. Se estiró un poco haciendo tronar los dedos de la mano y la espalda-. El viaje me destruyó la espalda-comentó por lo bajo-. Len, no te preocupes, de verdad, voy a estar estos quince días totalmente dispuesta a ayudarte, espero que te acostumbres-Lo despeinó un poco.
La menor entró a la habitación y colocó el vaso de agua con fuerza en la mesa baja que Len tenía al lado de la cama haciendo que un poco del líquido se saliera del vaso.
-Buenas noches-dijo cortante hacia él y luego miró con una sonrisa algo forzada a su prima-. Es mejor que nos vayamos a acostar juntas, así no debo dejar la luz prendida del cuarto-dio media vuelta sin decir más nada y volvió a desaparecer de la vista de ambos.
Len se rascó la cabeza pensando y se encogió de hombros.
-Espero realmente que se ponga de mejor humor…-Le dijo como deseándole suerte a su prima.
-Yo también, que esté con el ceño fruncido le hará salir arrugas muy joven-rió-. Buenas noches, Len, cualquier cosa que te haga falta puedes mandarme un mensaje, tendré el teléfono prendido por si me necesitas-le guiñó un ojo y salió de su habitación para ir hacia la de su otra pariente que ya estaba acostada y tapada hasta la cabeza dándole la espalda.
18 de mayo de 2015
Adolescence Rin x Len OVA 2 parte 5
Si! no estoy muerta!!!!!
Acá les dejo el capitulo que seguro ya nadie espera! jajajaja
Acá les dejo el capitulo que seguro ya nadie espera! jajajaja
-¡Hola, primos! ¿No
van a saludarme?-En el umbral de la habitación estaba de pie una joven esbelta
de largo cabello rubio-¿Me extrañaron tanto que tienen esa cara?
-…Lily…-dijeron al
unísono descolocados ante la imagen.
Len fue el primero en
reaccionar intentando sonreír para que todo pareciese una situación
completamente normal.
-Lily...¡Bienvenida!
¿Qué.... qué haces aquí?-le preguntó intentando sonar menos desconcertado de lo
que estaba.
-¿No es obvio?-se
acercó dejando el bolso al lado de la puerta-¡Mi hermoso primo Len tuvo un
accidente! ¿Cómo no iba a venir a verlo?-se inclinó hacia él en la cama
obviando a la chica en el suelo para abrazarlo y besarlo varias veces en ambas
mejillas.
-¡Ten cuidado,
Lily!-protestó su hermana poniéndose de pie, una parte por celos y en mayor
medida porque lo estaba moviendo demasiado-Debe mantenerse quieto...
-¡Rin!-dijo ella
efusiva-¡También hay para tí!-sonrió dejándolo caer a Len en la cama de nuevo
para abrazarla a ella mucho más fuerte.
-¿Cómo han estado?-les
sonrió-Bueno... Además de internado...-rió un poco nerviosa.
-”¿Cómo?” Tía Meiko me
fue a buscar al aeropuerto... No pude venir antes porque estaba en período de
exámenes pero me preocupé mucho por mi primo bonito...-lo tomó de un cachete y
tiró de él.
-Estoy en casa...-dijo
su madre mientras subía las escaleras y entraba a la habitación-Ah... Ya la
vieron...-sonrió y la mirada de Rin fue suficiente-Ella dijo que quería que
fuese sorpresa, por eso no dije nada-se encogió de hombros-Querida, ayúdame a
llevar los bolsos de Lily a tu cuarto, dormirá contigo...
-Pero...-protestó algo
ruborizada ya que aún le quedaba el recuerdo patente de lo que su prima acababa
de interrumpir.
-”Pero” Nada, Rin, ven
ya mismo, tu prima ha tenido un viaje muy largo...-la rubia la miró con cara de
“no parece muy cansada que digamos” pero no dijo más nada bajando las
escaleras con su madre. La idea de tener que dormir con ella tampoco le
agradaba, no podría escaparse a la cama de Len para dormir abrazada a él.
Cuando madre e hija
dejaron la habitación Lily se sentó en el borde de la cama y lo miró con una
sonrisa cansada.
-Mi pobre
Len...-suspiró acariciando su frente-Sí que me preocupé cuando escuché la
noticia, eres un idiota-lo reprendió-¿Quién te manda a meterte en semejante
lío?
-Lily...-le sonrió él
más tranquilo-Iba a defender a Rin costase lo que costase...
-No seas estúpido-lo
regañó-¿Qué hubiera pasado si...?
-No pasó...-la atajó
antes de que pudiera terminar la frase-Estoy bien, Lily, ya pasó todo... No
hace falta que se preocupen más de la cuenta...
-Sí, pero ahora me
toca cuidarte y mimarte!-sonrió abrazándolo de nuevo.
-¿Cuánto vas a
quedarte?-le preguntó intentando no sonar descortés.
-Unos quince días... Así
que más les vale aprovecharme este poco tiempo...-sonrió ampliamente-Hablando
de poco tiempo...-sonrió de forma felina-Ese amigo tuyo, el alto ¿Gack?
-Gakupo...
-Sí! Ese! ¿Se pasará
por aquí o lo tendré que ir a buscar?
-No-negó con la cabeza
conteniendo un poco la risa-Olvídalo, está atado a alguie ahora-le sonrió
divertido viendo su puchero. Sería una semana larga pero eso no quería decir
que no disfrutaría la compañía de su prima.
--------------------------
Rin estaba abstraída
en sus pensamientos mientras acomodaban la habitación para las dos, ya habían
cenado las tres mujeres en la mesa con la charla incensante de su prima sobre
el viaje.
Estaba quitándose las
hebillas del pelo para ya irse a dormir pensando si podría escaparse a la
habitación de su hermano en medio de la noche, al menos quería darle un beso de
"dulces sueños" o algo... Su conversación había sido interrumpida.
-¿Rin?-sacudió su mano
frente a ella mirándola preocupada-¿Me oyes?-la sacudió un poco por el hombro.
-Sí...-le dijo solo
para que la soltara y su prima se dejó caer en el colchón que le habían puesto
en el suelo.
-Estás como
distraída...-comentó poniéndose boca abajo moviendo los pies y mirándola fijo a
los ojos-¿Qué sucedió con ese chico...? ¿Cómo es que se llama? ¡los nombres me
cuestan tanto!-protestó intentando sacarle un tema de conversación.
-¿Qué chico?-la miró
confundida completamente.
-Ese... Con el que
estabas saliendo... ¿Kaiko? ¿Tato? Uno que era mayor que tu...-intentó
explicarle.
-¿Kaito?-le preguntó
con una ceja en alto-Ese es tema viejo...-le sonrió.
-¡¿Por?!-la observó
con los ojos abiertos- ¡¡¿Qué pasó?!!
-Len pasó-le dijo
riendo sin decir cuánto Len pasó.
-Ah... se salió con
las suyas...-frunció el ceño-él me dijo que no lo soportaba pero a mi me parecía
tan lindo...
-Espera... ¿Hablaste
con Len sobre Kaito?-al parecer había cosas de las que no se había enterado.
-Sí, por supuesto...
Aunque me evitara el tema seguido-le sonrio-. Me suelo mandar emails con él y
yo le pregunté por tu novio... Me decía que era un pervertido...
Ella suspiró, podría
decirse que sí, pensó.
-Len tenía sus ideas
contra él… -¿así que entre su hermano y ella se hablaban seguido?- ¿Te contó
algo más sobre lo que pasó?
-No hablamos hace
algún tiempo de cosas importantes… Lo último que me mandó fue la corrección de
un tema que estaba componiendo ¡Quedó fabuloso! –le dijo entusiasmada ignorando
por completo la expresión de sorpresa de su prima.
-¿Él corrigió un tema
que habías compuesto? –intentó recomponer su rostro de los crecientes celos que
sin querer estaba comenzando a sentir.
-No –negó con una
sonrisa girando en el futón que le habían armado en el suelo para mirarla desde
abajo- A él se le ocurrió una buena idea con unos acordes que le había enviado,
escribió una letra fascinante y le hizo algunos arreglos a mi tema inicial –rió
por lo bajo- La verdad es que el resultado final es casi toda producción suya
pero me permitió quedarme con el crédito… Traje la guitarra esperando conseguir
nuevos resultados, espero que se me pegue su capacidad para componer, le estoy
muy agradecida… -sonrió humildemente mientras se ponía un pijama que había
traído en su valija.
De espaldas a Rin
mientras se cambiaba no pudo ver que ella fruncía el ceño con los celos que no
podía contener. Fijó la mirada en su prima, dos años mayor que ella, tenía una
figura totalmente desarrollada, podía ver su piel mientras se cambiaba y la
insinuación de sus curvas. El cabello rubio lacio largo hasta la cintura, sabía
que era más alta que ella y tenía unas piernas largas torneadas por los
entrenamientos, era una buena bailarina. De repente, sin darse cuenta descubrió
que tenía a una de sus peores rivales en su misma casa.
Cuando terminó de
cambiarse se puso de pie sonriendo ampliamente. Rin no pudo dejar de notar que
su prima llamaba “pijama” a un top negro que apenas tapaba sus pechos y a un
short extra corto del mismo color.
-Voy a desearle buenas
noches a mi pobre Len-dijo sin malicia corriendo su larga cabellera hacia un
lado. La menor no pudo evitar ver sus insignificantes curvas todavía de “niña”
compradas con las de su pariente. La palabra “mi” le provocó una oleada de
competitividad en la sangre. Se sonrojó poniéndose de pie también con la
camiseta de su hermano que aún llevaba puesta pero que ahora se le antojaba
poco deslumbrante. Lily la observó con una ceja levantada, sin saber qué la
había hecho saltar de esa manera.
-Yo… -se quedó muda
sin saber qué iba a decir- Yo también voy a saludarlo…-apartó la vista sabiendo
que no tenía realmente una excusa.
-Qué
buena hermana eres-rió y fue hacia la puerta-No conozco hermanos más unidos que
ustedes, normalmente se pelean las 24 horas, o a lo sumo no se toman tantas
molestias –se encongió de hombros-, igualmente te notó algo extraña, Rin… -dejó
la frase en el aire y salió por la puerta seguida por su prima.
18 de febrero de 2014
Incluso los lunes...
Hola!
Me da incluso verguenza aparecerme como si nada por acá, sé que estuve ausente por mucho tiempo y ninguna excusa es válida pero me gusta tratar de explicar.
La gente crece, a veces demasiado rápido. Yo creo que siempre tuve muchas responsabilidades encima, me considero una persona madura en ese sentido. En este último tiempo pasaron muchas cosas: terminé el secundario (que me requirió cierto esfuerzo por la exigencia del mismo), empecé a trabajar, mis tíos (casi como mis padres) se separaron después de 16 años juntos (que es casi mi vida), yo terminé una relación (o como se pueda llamar) por algo que me estaba haciendo daño, empecé la universidad (esforzándome por conseguir las mejores notas posibles), estuve dedicándole mucho tiempo a mis hermanos pequeños, me quedé sin computadora por un tiempo laaargo valiéndome sólo de mi celular para entrar a internet, traté de seguir cocinando para conseguir un ingreso extra y además apareció una persona demasiado importante en mi vida. Con todo sentí que este último tiempo estuve corriendo de un lado a otro, pasando los ratos libres acompañada con gente y cuando estaba sola no tenía demasiada inspiración para escribir porque estaba o mentalmente cansada o con ganas de hacer otra cosa: ver una serie, leer un libro...
Tengo la teoría de que para poder escribir necesito tiempo y alguna presión sobre mí.. Parece irónico que cuando tengo que estudiar o presentar un trabajo tengo más ganas de escribir, tengo cientos de ideas y cuando tengo el lapiz y el papel a un costado no puedo ni escribir mi nombre. Será cuestión de adaptarme a los nuevos ritmos que tengo, hoy sí estaba inspirada y escribí un poco. Supongo que para la decepción de algunos, me disculpo, no avancé en ninguno de mis fanfics; tengo varios proyectos personales que también habían quedado en stand-by. Si ayuda de algo, para que no pierdan las esperanzas, si no las perdieron ya, hace unas semanas releí todo lo que tenía pendiente de actualización, no pude escribir porque estuve preparando un examen que tuve hoy mismo.
No crean que me olvidé de ustedes, no crean que dejé el amor por la escritura. Simplemente mi vida es un desorden, la trato de acomodar día a día para poder cumplir con las cosas que se me presentan urgentes, pero estoy intentando volver al ritmo frenético de antes, en el que me terminaba doliendo la mano de tanto escribir. No creo que me de el tiempo para eso pero por lo menos no abondono mis hobbies.
Voy a dejar una de las últimas cosas que escribí porque creo que es una buena catarsis y demuestra una porción (aunque muuuy escueta) de lo que es mi día a día.
Perdón de nuevo por las largas esperas, no pretendo excusarne porque sé que tuve tiempo pero no la cabeza para escribir demasiado. La disculpa también va dirigida a mi misma, ya que deje de lado por mucho tiempo una de las cosas que más adoro.
Incluso los lunes...
Me da incluso verguenza aparecerme como si nada por acá, sé que estuve ausente por mucho tiempo y ninguna excusa es válida pero me gusta tratar de explicar.
La gente crece, a veces demasiado rápido. Yo creo que siempre tuve muchas responsabilidades encima, me considero una persona madura en ese sentido. En este último tiempo pasaron muchas cosas: terminé el secundario (que me requirió cierto esfuerzo por la exigencia del mismo), empecé a trabajar, mis tíos (casi como mis padres) se separaron después de 16 años juntos (que es casi mi vida), yo terminé una relación (o como se pueda llamar) por algo que me estaba haciendo daño, empecé la universidad (esforzándome por conseguir las mejores notas posibles), estuve dedicándole mucho tiempo a mis hermanos pequeños, me quedé sin computadora por un tiempo laaargo valiéndome sólo de mi celular para entrar a internet, traté de seguir cocinando para conseguir un ingreso extra y además apareció una persona demasiado importante en mi vida. Con todo sentí que este último tiempo estuve corriendo de un lado a otro, pasando los ratos libres acompañada con gente y cuando estaba sola no tenía demasiada inspiración para escribir porque estaba o mentalmente cansada o con ganas de hacer otra cosa: ver una serie, leer un libro...
Tengo la teoría de que para poder escribir necesito tiempo y alguna presión sobre mí.. Parece irónico que cuando tengo que estudiar o presentar un trabajo tengo más ganas de escribir, tengo cientos de ideas y cuando tengo el lapiz y el papel a un costado no puedo ni escribir mi nombre. Será cuestión de adaptarme a los nuevos ritmos que tengo, hoy sí estaba inspirada y escribí un poco. Supongo que para la decepción de algunos, me disculpo, no avancé en ninguno de mis fanfics; tengo varios proyectos personales que también habían quedado en stand-by. Si ayuda de algo, para que no pierdan las esperanzas, si no las perdieron ya, hace unas semanas releí todo lo que tenía pendiente de actualización, no pude escribir porque estuve preparando un examen que tuve hoy mismo.
No crean que me olvidé de ustedes, no crean que dejé el amor por la escritura. Simplemente mi vida es un desorden, la trato de acomodar día a día para poder cumplir con las cosas que se me presentan urgentes, pero estoy intentando volver al ritmo frenético de antes, en el que me terminaba doliendo la mano de tanto escribir. No creo que me de el tiempo para eso pero por lo menos no abondono mis hobbies.
Voy a dejar una de las últimas cosas que escribí porque creo que es una buena catarsis y demuestra una porción (aunque muuuy escueta) de lo que es mi día a día.
Perdón de nuevo por las largas esperas, no pretendo excusarne porque sé que tuve tiempo pero no la cabeza para escribir demasiado. La disculpa también va dirigida a mi misma, ya que deje de lado por mucho tiempo una de las cosas que más adoro.
Incluso los lunes...
Un sonido
molesto que pretende ser una melodía pacífica va penetrando en tus sentidos,
haciendo que tomes conciencia de lo que está a tu alrededor. Te removés un poco
sobre lo que tenés debajo y te sirve de almohada que, sin ser suave como una,
preferís mil veces más. La melodía no frena y, en cambio, aumenta su volumen.
Por tu mente pasan decenas de preguntas, es claro que no te estás esforzando en
terminar con el letargo. “Soy Melina, estaba dormida, lo que suena es el
despertador, esta es la cama de Dani…” Toda la información no tarda más de unos
microsegundos en llegar a tu cabeza. En seguida fruncís la nariz pensando que es demasiado temprano, que te
acostaste demasiado tarde y que querés seguir durmiendo. Pero el sonido del
despertador predeterminado de tu teléfono celular sigue sonando y es imposible
seguir ignorándolo. Hacés un intento, aunque sabés que vas a fracasar, y
sacudís un poco el cuerpo bajo el tuyo, apoyás la cabeza adormecida en el pecho,
ese que te sirvió de almohada, que sube y baja lentamente con la respiración
del sueño profundo; incluso lo escuchás roncar un poco y te preguntás cómo
puede seguir durmiendo con el sonido del despertador; volvés a sacudir un poco
su brazo esperando como respuesta que apague la alarma pero es imposible, ya
sabías que no se iba a despertar así. Suspirás un poco, resignada y te estirás
como podés sobre él, que duerme boca arriba en la cama que es demasiado chica
para dos personas tan altas. Él no te suelta, te mantiene abrazada con uno de
sus brazos como hizo toda la noche, sin dejarte sola, manteniéndote cerca,
protegiéndote incluso de tus propias pesadillas. Amás ese detalle aunque ahora
te esté dificultando la tarea de apagar el maldito despertador cuya melodía
volvió a empezar y sigue aumentando de volumen. Con un último esfuerzo
conseguís hacerte con el teléfono que parecía a propósito dejado en la esquina
más alejada de la pequeña mesa cargada de mangas y la PlayStation. Lográs
apagar la melodía ya casi sentada en la cama a su lado y se te ocurre la
tentativa idea de volverte a dormir, de acomodarte de nuevo apoyando la cabeza
en su pecho, dejándote abrazar descansado una mano en su costado, sumándote a
la respiración pausada… Pero sabés cómo funciona, es lunes y hay que ir a
trabajar, sabés que es casi tu deber despertarlo a él. Sonreís con cierta
decepción por no poder volver al mundo de los sueños y te inclinás sobre él
para observar cómo duerme plácidamente antes de tener que interrumpirlo. Notás
qué tan relajado está y la sonrisa se te ensancha un poco más, te gusta. Dejás
un beso en la punta de su nariz, otros dos en cada una de sus mejillas, en su frente,
en la comisura de sus labios… Él frunce el ceño en sueños y se remueve un poco.
Reís un poco y seguís molestándolo con besos suaves en la oreja, los labios,
los párpados hasta que él abre los ojos molesto abandonando de una vez la somnolencia
y vuelve a ablandarse su expresión; y también sonreís, sonreís contenta
mirándolo a los ojos que tanto adorás y
vuelven a saludarte. “Holi” susurrás despacio y él te responde con un beso cálido
que significa “buenos días”, que significa “estoy feliz”, significa “te quiero”.
El beso termina en un abrazo y volvés a estar acomodada junto a él, respirando
en roce con su cuello y volvés a sentir su respiración lenta y sabés que va a
volver a dormirse. “No, es lunes, hay que ir a trabajar” insistís con un beso
en su cuello. Reconocés un segundo de duda en él, también está evaluando la
posibilidad de continuar durmiendo, algo que ya hiciste un minuto atrás por tu
cuenta, te removés para animarlo a levantarse y él suspira y lo hace. Te quedás
acostada en la cama y él te acomoda un poco el pelo mientras sonríe, resignado
se va al baño cerrando la puerta despacio.
En ese momento cerrás los ojos y pensás en qué insulsa es la almohada porque lo preferís a él, en que hace un poco de frío estando destapada, en que está tardando un poco más de lo normal en el baño. Lo siguiente de lo que sos consciente es que te está llamando de forma suave y te sentás en la cama sobresaltada porque sabés que te quedaste dormida. Él se ríe y te deja un beso en la frente con cariño, ya está duchado, con los dientes limpios, afeitado y cambiado. “Hermosa” te dice y te hace sonrojar, sabés que no es verdad: estás despeinada, con el maquillaje que no te sacaste a la noche corrido, las lagañas en los ojos y tenés las marcas de la tela de la almohada en una de las mejillas, pero él te lo dice siempre y te asegura que no te miente. Se quedan viendo unos segundos hasta que él reacciona primero y te recuerda que es lunes. Tomás tu neceser del armario lleno de ropa masculina y vas a prepararte lo más rápido que el sueño te lo permite.
Cuando volvés a la habitación él no está, te cambiás doblando la ropa que él te prestó para dormir y recién cuando te estás poniendo los zapatos él aparece haciendo malabares con dos tazas de café con leche y un plato con dos porciones de torta. Lo ayudás a dejar las cosas cobre el escritorio y él suspira. “Tendríamos que salir ya” dice resignado sentándose en la silla para tomar su taza y alcanzarte la tuya, ambos ríen un poco, siempre se puede correr más rápido si es por pasar el desayuno juntos. Porque son esos pequeños detalles los que más se aprecian, por los que estás segura de poder afirmar “Para siempre”.
Incluso en las mañanas de
un lunes él es capaz de alegrarte la vida.
En ese momento cerrás los ojos y pensás en qué insulsa es la almohada porque lo preferís a él, en que hace un poco de frío estando destapada, en que está tardando un poco más de lo normal en el baño. Lo siguiente de lo que sos consciente es que te está llamando de forma suave y te sentás en la cama sobresaltada porque sabés que te quedaste dormida. Él se ríe y te deja un beso en la frente con cariño, ya está duchado, con los dientes limpios, afeitado y cambiado. “Hermosa” te dice y te hace sonrojar, sabés que no es verdad: estás despeinada, con el maquillaje que no te sacaste a la noche corrido, las lagañas en los ojos y tenés las marcas de la tela de la almohada en una de las mejillas, pero él te lo dice siempre y te asegura que no te miente. Se quedan viendo unos segundos hasta que él reacciona primero y te recuerda que es lunes. Tomás tu neceser del armario lleno de ropa masculina y vas a prepararte lo más rápido que el sueño te lo permite.
Cuando volvés a la habitación él no está, te cambiás doblando la ropa que él te prestó para dormir y recién cuando te estás poniendo los zapatos él aparece haciendo malabares con dos tazas de café con leche y un plato con dos porciones de torta. Lo ayudás a dejar las cosas cobre el escritorio y él suspira. “Tendríamos que salir ya” dice resignado sentándose en la silla para tomar su taza y alcanzarte la tuya, ambos ríen un poco, siempre se puede correr más rápido si es por pasar el desayuno juntos. Porque son esos pequeños detalles los que más se aprecian, por los que estás segura de poder afirmar “Para siempre”.
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